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El Pulso de la salud en México: retos y decisiones rumbo a 2024

Los datos indican un serio deterioro en el sistema de salud del país, tanto en términos de vulnerabilidad de la población como en el acceso y provisión de servicios médicos.
jue 24 agosto 2023 06:00 AM
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La recuperación del sistema de salud requerirá una respuesta contundente por parte de la siguiente administración, apunta Daniela Granillo.

A poco más de un año de concluir el sexenio del presidente Andrés Manuel López Obrador, resulta inevitable y necesario hacer un corte de caja y evaluar los logros y desaciertos de su administración. Un ámbito que resalta en esta retrospectiva es la situación del sistema de salud de México.

Algo que resulta innegable es que los desafíos en materia de salud que el próximo presidente o presidenta de México heredará y deberá enfrentar son ingentes, pues en los últimos años se ha observado un notable deterioro en los principales indicadores que miden la calidad y el acceso a la atención médica de los mexicanos. La recuperación del sistema de salud requerirá una respuesta contundente por parte de la siguiente administración.

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Diagnóstico: la situación del sistema de salud en México

El panorama del sector público de salud en el país ha experimentado un declive en indicadores clave, tal como lo reflejan los resultados de la Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares (ENIGH), la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición en México (Ensanut) y la medición de la pobreza multidimensional realizada por el Coneval, entre otras.

Para 2022, el número de personas sin acceso a servicios de salud alcanzó los 50.3 millones, (equivalente al 39.1% de la población), mostrando un aumento del 151% (o 30.3 millones) en comparación con 2018. Este incremento se atribuye en gran medida a los diversos cambios estructurales en el sistema de salud, como la transición del Seguro Popular al Insabi y, más recientemente, al Órgano Público Descentralizado (OPD) IMSS-Bienestar. Paralelamente, incrementó la proporción de personas que buscan atención médica en servicios privados, incluso teniendo alguna afiliación a servicios de salud públicos, pasando de 46% en 2018 a casi 60% para 2022.

Esta tendencia ha resultado en un aumento en el gasto directo de las familias en salud, afectando desproporcionadamente a los segmentos más vulnerables de la población. El gasto promedio de los hogares en salud creció 31% en 2022 respecto a 2018, lo que obedece principalmente al uso de servicios de salud privados, así como a la compra de medicamentos. Cabe señalar que, en 2022, más de 15 millones de recetas no fueron surtidas de manera efectiva en instituciones de seguridad social.

Si bien el Coneval señala avances en la lucha contra la pobreza, en su mayoría atribuidos al aumento de los ingresos familiares, resulta crucial reconocer que estos logros se ven opacados cuando una porción significativa de ese ingreso adicional debe destinarse a cubrir gastos de salud.

Adicionalmente, otros indicadores reflejan preocupaciones sobre el bienestar de la población. Destaca la reducción de cuatro años en la esperanza de vida de los mexicanos, al pasar de 75 años a 71, seis años menos que el promedio de la OCDE, que es de 81 años.

Asimismo, a pesar de que en 2022 se registró una reducción en el número de defunciones en comparación con 2020 y 2021, esta cifra aún supera la tendencia de mortalidad previa a la pandemia. Un ejemplo es el aumento del 30% en la mortalidad materna. Aunado a ello, los programas de vacunación no han logrado alcanzar las metas óptimas para niños y adolescentes, dejando a este grupo poblacional en una situación de vulnerabilidad.

A pesar de los diversos retos de salud que enfrenta México, ésta no ha sido prioridad presupuestal para el gobierno actual, pues persiste una crónica baja inversión: entre 2010 y 2022, el país ha destinado entre el 2.5% y 2.9% de su PIB anual para salud. Esta inversión es baja en comparación con la recomendación de la Organización Mundial de la Salud (OMS), que sugiere asignar al menos el 6% del PIB a la salud.

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¿Qué retos heredará en materia de salud la nueva administración en 2024?

Los datos presentados indican un serio deterioro en el sistema de salud del país, tanto en términos de la salud y vulnerabilidad de la población como en el acceso y provisión de servicios médicos.

Independientemente de quién resulte victorioso en las elecciones del 2024, deberá decidir sobre la continuidad del OPD IMSS-Bienestar. En caso de optar por su continuidad, será necesario diseñar un plan de implementación y consolidación más eficiente que el del Insabi, a fin de garantizar el derecho a la salud de los 30 millones de mexicanos que perdieron acceso a la atención médica. Asimismo, queda pendiente el establecimiento de un proceso formal y eficaz para la adquisición de insumos médicos que garantice el abasto y la adecuada distribución de los medicamentos.

Sin embargo, es una realidad que el nuevo gobierno tendrá un margen de maniobra mucho más estrecho en términos de finanzas públicas y disponibilidad presupuestaria. También deberá enfrentar mayores costos político que el presidente López Obrador por una gestión ineficaz del sistema de salud.

Bajo este panorama, es posible que la llegada del nuevo gobierno en 2024 ofrezca un espacio más amplio para la apertura y colaboración con diversos sectores tales como la academia, la sociedad civil y el sector privado, con el objetivo de hacer frente a los desafíos inminentes en el ámbito de la salud.
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Nota del editor: Daniela Granillo ( @dani_granillo ) es analista especializada en el sector salud en Integralia ( @Integralia_MX ). Las opiniones publicadas en esta columna pertenecen exclusivamente a la autora.

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