Durante el periodo mencionado, 30.3 millones adicionales de personas experimentaron falta de acceso a servicios sanitarios, para sumar un total de 50.4 millones de habitantes. Es decir, en 2022, 39.1% de la población careció de atención médica.
“Tenemos 30 millones más de población sin acceso y muchos de ellos están concentrados en la parte baja de la distribución del ingreso. Es decir, mientras más pobres, más pérdida de acceso a la salud”, expuso John Scott, investigador académico del Coneval.
El año pasado, 13.1% de la población tenía derecho al Instituto de Salud para el Bienestar (Insabi); 38.3% estaba afiliada al IMSS; 0.4% a IMSS-Bienestar, y 6.9% al ISSSTE.
De acuerdo con las Estimaciones de Pobreza Multidimensional 2022, del Coneval, 0.9% de la población tenía afiliación a los servicios de salud de las Fuerzas Armadas en 2022, y 0.9% contaba con un seguro privado de gastos médicos.
El incremento de personas con carencia a los servicios de salud, incluso, es uno de los motivos por lo que la pobreza extrema mantiene los mismos niveles, explicó José Nabor Cruz, titular del Coneval.
Ambos investigadores coincidieron en la presentación del informe en la necesidad de focalizar las políticas sociales en los grupos más desfavorecidos, pues con el cambio en la distribución de los programas sociales estos apoyos han perdido capacidad de llegar a los más pobres.