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#ColumnaInvitada | La Corte y el orden civil

La reciente decisión de la Suprema Corte de Justicia de la Nación de invalidar tal traslado de autoridad evitará que continúe el proceso de militarización del país.
lun 24 abril 2023 06:00 AM
Guardia
El pleno de la Suprema Corte de Justicia de la Nación determinó que la invalidez del traspaso de la Guardia Nacional a la Secretaría de la Defensa Nacional surtirá efectos a partir del 1 de enero del 2024.

La distinción entre la autoridad militar y la civil es esencial en una democracia constitucional como la que todavía existe en México. De acuerdo a la doctrina liberal, las fuerzas armadas deben restringirse a salvaguardar la seguridad nacional y no deben intervenir en acciones de seguridad pública que corresponden al orden civil.

Cuando esta separación de esferas es transgredida por el poder castrense es cuando se puede hablar de la militarización de una sociedad. Y esa ha sido precisamente la clara intención del gobierno actual ejemplificada en su propuesta de trasladar el control operativo y administrativo de la Guardia Nacional hacia la Secretaría de la Defensa Nacional.

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Afortunadamente, la reciente decisión de la Suprema Corte de Justicia de la Nación de invalidar tal traslado de autoridad evitará que continúe el proceso de militarización del país. Sobre este asunto cabe hacer algunas consideraciones.

En primer lugar, la resolución de la SCJN sienta un precedente fundamental que atañe al orden liberal y la gobernanza democrática del país. Queda establecido que una mayoría legislativa no puede imponer su voluntad si se opone al texto y espíritu de la Constitución. En efecto, la impugnación presentada por una minoría de Partidos en el Congreso fue validada por la SCJN, aunque el decreto propuesto por el Poder Ejecutivo y aprobado por el Poder Legislativo ya había sido publicado en el Diario de la Federación. La acción realizada por el Poder Judicial significó que se pueden poner límites a la tiranía de la mayoría. Y esa es precisamente la piedra angular de la filosofía política liberal.

En segundo lugar, la decisión del pleno de la SCJN por mayoría calificada, tomada por ocho ministros, invalida no solamente el decreto por el que se reforman varias leyes secundarias, sino también ordena que se cancelen las acciones que ya se estaban realizando para consumar el traslado de autoridad de la Guardia Nacional hacia el ámbito militar.

En tercer lugar, y como un corolario de lo anterior, la resolución de la SCJN no solamente cumple con el principio de Supremacía Constitucional, sino que tiene también un impacto directo en la organización del Poder Ejecutivo, en la medida en que mandata a ese poder a revertir decisiones sobre presupuestos ya asignados a áreas específicas de la administración pública federal. Somos testigos, entonces, de cómo la rama del poder aparentemente más débil interviene no sólo para fiscalizar a las ramas del poder supuestamente más fuertes, sino para ordenar la organización de otro poder, en este caso del Ejecutivo, cuyo titular, por cierto, ya ha dicho que acatará la resolución.

En cuarto lugar, la resolución de la SCJN pone un gran obstáculo al proceso de militarización del país, pues la Guardia Nacional permanecerá adscrita a la Secretaría de Seguridad Pública y Protección Ciudadana. Es decir, se mantendrá dentro del ámbito civil y no militar. En este sentido, se confirma el espíritu civilista del acuerdo político del 2019, según el cual la Guardia Nacional no debe pertenecer a las fuerzas castrenses.

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Por todas estas razones es de celebrarse que la SCJN haya resuelto, en su pleno, esta acción de inconstitucionalidad que es el vehículo de impugnación más amplio con el que contamos. No hay que olvidar, sin embargo, que también se impugnó por el lado de la sociedad civil, a través de mecanismos como el juicio de amparo interpuesto, por ejemplo, por el Consejo Nacional de Litigio Estratégico.

Es loable que en esta defensa de nuestro orden liberal y democrático los partidos no oficialistas y la sociedad civil hayan actuado en sincronía.

México sigue siendo una República democrática, constitucional y liberal que, por lo tanto, seguirá manteniendo el muro que separa el orden civil del militar. Y eso hay que celebrarlo.

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Nota del editor: Gustavo de Hoyos Walther es Presidente de Alternativas por México. Síguelo en LinkedIn y/o en Twitter . Las opiniones publicadas en esta columna corresponden exclusivamente al autor.

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