Lo que viene ocurriendo durante los últimos años, desde el estallido social hasta el proceso constituyente, difícilmente será una excepción. Chile es hoy, para bien o para mal, un laboratorio del futuro.
Tras una oleada de manifestaciones y protestas masivas a fines del 2019, originalmente provocada por un alza en las tarifas del transporte público, pero que pronto desembocó en una condena generalizada contra el modelo económico “subsidiario” (i.e., de mucho mercado y poco Estado) y un profundo rechazo a la clase política tradicional, el gobierno de Sebastián Piñera decretó un estado de emergencia.
Durante las siguientes semanas, los disturbios y enfrentamientos dejaron más de 30 muertos y casi 15,000 heridos. Organizaciones internacionales advirtieron sobre múltiples violaciones a los Derechos Humanos por parte del Estado chileno. Las pérdidas económicas se calcularon en alrededor de un punto del PIB. Chile, en suma, enfrentaba una crisis sin precedentes.
Para tratar de distender la situación, las fuerzas políticas acordaron convocar a un plebiscito nacional para preguntarle a los chilenos si querían una nueva Constitución. Dicho ejercicio, celebrado en octubre de 2020, contó con una participación de 7.6 millones de votos (51% del padrón): el 78% votó a favor y el 22% en contra.
Posteriormente, en mayo de 2021, se llevó a cabo la elección de una Convención Constitucional en la que el voto se fragmentó entre un total de 16 grupos, aunque la mayoría fue para fuerzas progresistas e independientes, sin militancia en un partido político, cuyos representantes promediaban 41 años. La Convención comenzó a sesionar en julio de 2021 y terminó de hacerlo un año después, en julio de 2022.
#EnFotos: Los chilenos votan si aprueban o rechazan la nueva constitución
Grandes filas
Con largas filas bajo el sol, los ciudadanos chilenos han salido para votar sobre el destino del proyecto de constitución.
FOTO: Reuters/Ivan Alvarado
Voto obligatorio
Por primera vez en más de una década, la concurrencia a las urnas es obligatoria.
AILEN DIAZ/REUTERS
Acompañantes perrunos
Los perros fueron acompañantes de muchos de los electores que participaron en el plebiscito constitucional en Chile.
FOTO: Reuters/Pablo Sanhueza
Nueva constitución
El nuevo texto, de 178 páginas y elaborado durante un año por una Convención Constitucional, consagra un "Estado social de derechos", en respuesta a reclamos expresados en las masivas manifestaciones sociales de octubre de 2019.
FOTO: Reuters/Pablo Sanhueza
Tranquilidad
Aunque durante la campaña, principalmente en la última semana, se vivió un ambiente de fuerte polarización, hoy la elección se vive con tranquilidad.
FOTO: Reuters/Pablo Sanhueza
Plurinacionalidad
El proyecto consagra la plurinacionalidad indígena y establece un nuevo catálogo de derechos sociales en salud, aborto, educación y pensiones.
FOTO: AFP/Mario Quilodran
Niñez
Los niños también han estado presentes en la elección, acompañando a sus padres.
FOTO: Reuters/Ivan Alvarado
El domingo pasado (4 de septiembre) se llevó a cabo un plebiscito para que los chilenos decidieran respecto a la propuesta de nueva Constitución redactada por la Convención. Participaron 13 millones de votantes (86% del padrón): 62% la rechazó y 38% la aprobó.
Chile se encuentra, ahora, en el nada envidiable dilema de que su Constitución vigente fue rechazada por una amplia mayoría de la población, pero la nueva alternativa presentada por la Convención Constitucional también lo ha sido. Los mecanismos de democracia directa tuvieron la virtud de encauzar el conflicto hacia un proceso constituyente ( https://bit.ly/3wUQrIP ); sin embargo, al final ese proceso desembocó en una rotunda derrota de su propia propuesta.