El modus operandi más común consiste en el arrebato rápido, generalmente cuando las personas están distraídas al tomar fotos, en la revisión de mapas digitales o al contestar mensajes. Hay también bandas que simulan empujones o accidentes para rodear a sus víctimas y despojarlas sin violencia física explícita, lo que muchas veces complica el seguimiento judicial si no hay denuncia inmediata.
Videos del Centro de Comando, Control, Cómputo, Comunicaciones y Contacto Ciudadano (C5) muestran esa forma de operar, como la ocurrida en el cruce de Avenida Juárez y Eje Central. En el tumulto para atravesar la calle, un ladrón aprovecha que una mujer lleva la bolsa abierta y en entre los empujones sustrae el celular; el aparato pasa de mano en mano entre varias personas hasta perderse. La víctima no se enteró en el momento.
Por medio de las cámaras se dio seguimiento al sospechoso, quien fue detenido por policías. Aunque no llevaba el teléfono hurtado, sí estaba en posesión de droga.
Durante el primer semestre del año, desde el C5 atendimos 285 reportes por robo a transeúnte, concentrados en las inmediaciones de la Plaza de la Concepción, el Mercado de la Merced y la Alameda Central, la mitad de ellos cometidos entre viernes y domingo, y una tercera parte entre las 00:00 y las 05:00 horas.
Los datos, analizados en las reuniones del Gabinete de Seguridad encabezado por la Jefa de Gobierno de la Ciudad de México, Clara Brugada, permiten a la autoridad diseñar estrategias de seguridad, que requieren del acompañamiento ciudadano con el fortalecimiento de la cultura de la prevención.
El riesgo de robo de celular se puede minimizar con medidas como no utilizar el teléfono mientras se camina en calles muy transitadas, llevarlo en bolsas con cierre y nunca en el bolsillo trasero del pantalón, mantener cerrado el bolso y portarlo al frente del cuerpo. También conviene no mostrar el celular durante trayectos en los que se consulten mapas y no dejarlo sobre mesas en espacios públicos.