La propuesta contiene siete temas sustanciales:
- reducción al financiamiento de partidos políticos;
- modificación al modelo de comunicación política y a los tiempos de radio y televisión para fines electorales;
- extinción de autoridades electorales locales y centralización de la función electoral;
- conformación de nuevas autoridades electorales, particularmente del Instituto Nacional de Elecciones y Consultas, y elección popular de magistraturas del Tribunal Electoral y de consejerías electorales;
- reducción de legisladores y legisladoras federales y un nuevo mecanismo para elegirlos;
- reducción de los integrantes de los congresos locales y ayuntamientos; e
- implementación del voto electrónico para todas las elecciones.
El planteamiento central de la iniciativa consiste en una reforma a la democracia mexicana, la cual busca dar a la ciudadanía mayor representatividad y más pluralidad al espectro político, esto a través de representantes fidedignos de los intereses de la sociedad e instituciones electorales. Además de hacer efectivos los principios de austeridad y eficiencia en el gasto público.
La propuesta implica un cambio profundo a nuestro sistema electoral, una transformación en varios cimientos de la democracia mexicana. Esto implica que si bien ciertos temas como la elección mediante voto popular de consejerías y magistraturas aparezcan como una ocurrencia sin sustento, otros como la implementación del voto electrónico, la reducción del financiamiento a partidos o la revisión del modelo de comunicación política resulten interesantes.
Pero todas las nuevas propuestas requieren de una profunda reflexión y análisis a efecto de que se fortalezca el sistema electoral y no se debilite, además de que se den debates necesarios para mejorar procesos.
La justificación de algunos de estos cambios se fundamenta en un ahorro presupuestal, como ha ocurrido en otras ocasiones, y este se plantea en más de 24,000 millones de pesos; pero esta cifra carece de sustento, pues los montos con los que se hacen los análisis o no tienen respaldo documentado o son incorrectas o toman en cuenta rubros que hacen parte de actividades específicas. Por ejemplo, dentro de la iniciativa se contabiliza el presupuesto del INE y OPLEs con el monto que se destina a partidos políticos.
La reforma plantea la modificación a diversos artículos de la Constitución federal, lo que en un principio implica que requerirá de un consenso amplio de fuerzas políticas. Sin embargo, como ya vimos en el caso de la reforma eléctrica, Morena y sus aliados no tienen los votos suficientes para aprobarla solos y la oposición está votando en bloque.