El exconsejero electoral del Instituto Federal Electoral (ahora INE), Javier Santiago, afirmó que será una discusión estéril que solo dejará a autoridades electorales “golpeadas” y en alguna medida deslegitimadas, por lo que sugirió a los consejeros y autoridades electorales guardar mesura.
“El primero que debería guardar mesura es Lorenzo (Córdova). Lo digo con toda claridad y franqueza, porque lo que está en juego es demasiado para estar con actitudes protagónicas y no termina de entender que el papel de la autoridad es sumamente complejo, de equilibrio político y no se trata de estar tomando partido a favor ni en contra de nadie”.
Jorge Egrén Moreno, especialista en temas electorales, refirió que por la forma en que se propone la elección de los siete nuevos consejeros electorales podría estar en juego la imparcialidad en sus funciones.
“Los consejeros serían electos por el voto popular, esto podría poner en riesgo la imparcialidad de los consejeros porque son propuesta de un poder, lo cual podría atarlos”, sostuvo.
Desde hace ya algunas décadas, prácticamente en cada sexenio se impulsa una reforma político-electoral como sucedió con Enrique Peña Nieto, Felipe Calderón, Ernesto Zedillo y Carlos Salinas de Gortari. A diferencia de la propuesta del presidente López Obrador, las anteriores iniciativas solían presentarse en los primeros años de Gobierno, pues ello permitía poner a prueba la nueva legislación en las elecciones intermedias.
Disminuir Legisladores un atentado a la pluralidad
Otro de los ejes de la iniciativa de reforma es la desaparición de los 200 diputados y de 32 senadores y la modificación del método de elección de los legisladores, el cual ahora sería a través de sistema de listas por entidad federativa.
"La Cámara de Diputados se compondrá de diputadas y diputados elegidos mediante el sistema de listas votadas en cada una de las entidades federativas. Para determinar el número de curules de cada entidad, se dividirá el número total de personas mexicanas, fijado conforme al último censo general de población, entre el número total de diputaciones (300); el resultado de esta operación será el cociente de distribución, base para asignar el número de diputaciones que corresponderá a cada entidad federativa del total de 300", plantea la iniciativa.
El presidente aseguró que el propósito es la plena “aplicación de la democracia”, pues solo llegarán al Poder Legislativo los que sean votados por ciudadanos y no por “cuotas de representación”.