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La apuesta de AMLO es la clase media baja, no los más pobres


La apuesta de Morena no son los más pobres, sino los pobres moderados, un grupo anteriormente olvidado. Ello explica su fuerza electoral.
mar 25 enero 2022 12:05 AM
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La entrega de tarjetas del Bienestar es una de las herramientas de los actuales programas sociales.

López Obrador siempre ha dicho querer “poner a los pobres primero”, pero en un país donde el 53% de la población es pobre , la pregunta real no es si se les va a poner primero, sino a quiénes, entre los pobres, se pondrá primero.

Esta disyuntiva ha sido abordada de manera completamente distinta por la política social del PRI, PAN y Morena. Ello ha sido definido por sus apuestas electorales.

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Con el PAN, la apuesta era tener un gobierno empresarial con el menor gasto social posible. Así, con Calderón, México se convirtió en el país con menor gasto social de la OCDE y, salvo contados casos, de todo Latinoamérica. El poco gasto social que existía ( 7.3 puntos del PIB ) se enfocó en los más pobres (decil I y II), pero debido a que había tan poco dinero, muchos pobres estaban francamente desamparados.

El desamparo del PAN hacia los pobres se explica a que el partido creía que los pobres debían “ganarse el apoyo”. Por eso, solo le daban transferencias a quienes podían comprobar que iban a la escuela y a la clínica, algo imposible para los ultrapobres. De hecho, el principal gasto social de Calderón fue el Seguro Popular (91 mil millones de pesos), seguido de un programa para educación superior y posgrado que contaba con (55 mil millones).

Con Peña, las cosas cambiaron. Se quería apoyar más al pobre, pero no se confiaba en que éste pudiera tomar buenas decisiones. Por ello, se aumentó mucho el gasto social, pero mediante el músculo del estado, sin darle dinero de manera directa a la gente.

Así, con Peña, el gasto social creció en 29% (de 660 mil millones a 854 mil millones), pero las trasferencias en efectivo se redujeron aún más que con el PAN. El gasto social se iba sobre todo a salud con el IMSS (236 mil millones) y el Seguro Popular (76 mil millones).

Si algo hacía bien el PRI, era focalizar. Por ello, a pesar de tener menores transferencias logró llegarle más a los más pobres. Las transferencias de Peña llegaban al 62% de los hogares más pobres (decil I y II), comparadas con solo el 53% en el sexenio de Calderón.

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Con López Obrador, la tendencia dio un vuelco. La meta actual, a diferencia del PRI, no es llegar a los más pobres y, a diferencia del PAN, no es gastar lo menos posible. La apuesta es darle más dinero a todo el que lo desee.

Así, en este sexenio, el gasto social y las transferencias en efectivo han aumentado en 24% y 47%, respectivamente. El número de hogares que reciben transferencias en efectivo también aumentó, del 28% con Peña al 30% con Obrador.

La política de gasto de López Obrador ha detonado un cambio extremadamente transcendental: por primera vez en la historia reciente los pobres-no-tan-pobres, las clases medias bajas, están recibiendo transferencias de gobierno. Por ejemplo, entre los hogares de clase media baja, solo el 17% recibía transferencias con Calderón o Peña; con Obrador, estos hogares reciben el 26% y obtienen 54% más dinero.

Para estas personas una ayuda social hace una gran diferencia. Si bien no son los más pobres, sí son hogares con carencias críticas. Por ejemplo, entre los estratos de clase media baja (decil VI y VII), el 54% de las personas no tiene ingresos suficientes para satisfacer sus necesidades básicas.

Esto le ha dado grandes réditos electorales a Morena. De hecho, el secreto mejor guardado de la política de transferencias en efectivo de López Obrador es que su apuesta no son los más pobres, sino la clase media baja. Morena le está apostando a ganar los corazones de zonas precarias urbanas como Iztapalapa, la Gustavo A. Madero y Ecatepec, áreas mayormente abandonadas por gobiernos pasados porque no eran ultrapobres.

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El principal gasto social de López Obrador todavía es el IMSS (251 mil millones) seguido de la pensión para adultos mayores (230 mil millones). En lo que va del sexenio, el presupuesto de la pensión ha aumentado en 115%. Nótese que esta pensión le llega a todos, pero a quien verdaderamente le cambia la vida es a los hogares de la clase media baja que anteriormente no recibían nada.

Así, hoy por hoy Morena es el partido con mayor probabilidad de ganar por una simple razón: se dio cuenta de que el neoliberalismo no olvidó al más pobre, pero sí al pobre moderado. La focalización del PRI y la falta de recursos del PAN dejaron sin atención a millones de personas que vivían en una muy mala situación aún si no eran los más pobres.

Por eso, el hogar que más leal políticamente le será a Morena, no es el ultrapobre, sino el precario.

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Nota del editor:

Las opiniones de este artículo son responsabilidad única de la autora.

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