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El mito del estado despilfarrador


Se ha vuelto sentido común decir que López Obrador gasta de más comparándolo incluso con Echeverría. Los datos muestran otra cosa.
lun 10 enero 2022 11:59 PM
El presidente López Obrador en recorrido por Palacio Nacional
Recientemente, se ha criticado el gasto que genera que el presidente viva en Palacio Nacional.

Con motivo de los 100 años de Echeverría (el 17 de enero próximo) pronto veremos muchos textos hablar la supuesta creación de un Estado mexicano obeso en los setenta y su símil en López Obrador. Muchos nos contaran la historia de que el Estado mexicano de los setenta era irresponsablemente grande y de que Morena busca equivocadamente emularlo.

Pero no, no era así. Los más recientes estudios de historia fiscal , compilados por el subdirector de asuntos fiscales del Fondo Monetario Internacional y su equipo de investigación, muestran que México no tenía mucho gasto público en los setenta. De hecho, nuestro país tenía un gasto anormalmente pequeño considerando el tamaño de nuestra economía.

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Comparándolo con 51 países, de 1970 a 1976, México tenía un gasto público inferior al de 76% de los gobiernos analizados. Un gasto promedio de 12.9 puntos del PIB que, para la época, era inferior al de Bolivia, República Dominicana, Panamá, Perú, Costa Rica, Uruguay y Chile, por mencionar algunos.

El problema era el opuesto. En los años setenta, un país como México, de nuestro nivel de desarrollo, debía haber tenido un gasto público mucho más alto. Tal era el caso de la mayoría de los países.

De hecho, en la época, el gasto público promedio era de 25 puntos de PIB, es decir 94% superior al de México. Incluso si solo consideramos países latinoamericanos, el promedio de gasto público de la época era de 17 puntos, es decir 32% superior al de México.

Si México no podía gastar más era porque no se cobraban suficientes impuestos a los más ricos. Echeverría intentó cuatro veces llevar acabo una reforma fiscal para aumentar los impuestos y tener finanzas públicas más sanas, pero no lo logró. Ninguna de sus reformas se aprobó.

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Por el contrario, con la validación de la Suprema Corte de Justicia, el gobierno sufrió duros y constantes bloqueos para que no se le cobraran impuestos a los más ricos. Esto se debió a que, durante ese periodo, los grupos empresariales de mayores recursos comenzaron a utilizar amparos fiscales para dejar de pagar. El único y verdadero festín de los setenta en México era la elusión fiscal por medio de amparos.

Hoy México sigue teniendo un gasto público muy inferior al de otros países, pero el mito del estado gastalón, del despilfarro público, continúa tan vivo como siempre. Se acusa a López Obrador de gastar demasiado en programas sociales cuando, en realidad, el gasto social en México es inferior al de todos los países de la OCDE. El segundo país con menor gasto público de la OCDE es Chile, e incluso Chile gasta 52% más que México.

Es importante eliminar por completo el mito de que México gasta de más. No es así. La austeridad de López Obrador es equivocada y cruel. Nuestro país necesita gastar más y no menos.

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Nota del editor:

Las opiniones de este artículo son responsabilidad única de la autora.

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