En la declaración 2021, manifestó haber ganado en el año inmediato anterior un poco menos de 3 millones y medio de pesos, casi un millón más que el año anterior. Al mes, sus ingresos netos ascendieron en promedio a 290 mil pesos, de los cuales 153 mil correspondieron a su salario como servidor público. El resto, es decir, 1 millón 200 mil pesos, provino de dar cursos –debieron haber sido unos cursos espectaculares. Y ¿cuántas horas dedicó a dar cursos? Porque hasta donde sabemos el lavado de dinero no dura de 9:00 a 6:00–. En inmuebles reportó los mismos 3 anteriores. Se compró un auto 2020, con un valor de más de medio millón de pesos. Sus adeudos, nuevamente al alza, manteniendo el que tenía con el FOVISSSTE, incrementando los de HSBC y adquiriendo uno nuevo con CIBANCO por un crédito automotriz. Hasta mayo del 2021 no se observa en la declaración patrimonial de Nieto la adquisición de ningún otro inmueble.
Entonces, efectivamente como dijo el extitular de UIF a través de su cuenta de Twitter “incrementaron sus deudas”, pero también su patrimonio. No sólo por el auto que se compró sino también por la casa que adquirió en San Ángel, la cual se dice que costó 24 millones de pesos y que parece adquirió a través de un "crédito hipotecario conjunto" con su ahora esposa. Otra cosa que llama la atención es ¿con qué y cómo pago su carísima e internacional boda? Porque de los datos de sus declaraciones patrimoniales no se desprenden grandes inversiones o ahorros.
Llama también la atención que, para adquirir créditos de cualquier especie incluidos los hipotecarios, los bancos no se la juegan con cualquiera, sino que buscan asegurarse de que a quien le prestan tendrá recursos para pagar. Y para adquirir un crédito hipotecario para una propiedad de 24 millones de pesos, se necesita contar con un ingreso mensual de aproximadamente 300 mil, para pagar una mensualidad de 200 mil pesos, por un periodo de 20 años [1] .
Por tanto, es probable que el Dr. Nieto con sus ingresos personales no hubiese podido adquirir un crédito hipotecario de esa magnitud, sin embargo, con el apoyo de su esposa es posible que sí. En el caso de Carla Astrid Humphrey no fue posible acceder a sus declaraciones patrimoniales ya que ella no autorizó hacerlas públicas. Una mala idea cuando eres novia, ahora esposa, del titular de la unidad gubernamental que se dedica a perseguir el lavado de dinero.
¿De lo narrado se desprende claramente un enriquecimiento ilícito? En realidad, no. Pero seguramente la Secretaría de la Función Pública igual la FGR ya están haciendo la respectiva investigación.