Sin embargo, los datos del primer trienio de AMLO (2018-2021), a pesar de contar con un respaldo legislativo mayoritario, resaltan con respecto de las tendencias observadas. Hasta el 30 de agosto de 2021 (fin de la 64 Legislatura), López Obrador había presentado a las cámaras un total de 36 iniciativas de reforma, de las cuales le han aprobado 31 (86%). Los únicos cuatro proyectos que el congreso no le ha aprobado al presidente, los cuales aún podrían ser avalados, se relacionan con temas de reorganización del gasto en la APF, remuneraciones de funcionarios que trabajan en organismos autónomos y el régimen de inversión de fondos para el retiro. Nótese que, a diferencia del promedio de casi 80 proyectos de presidentes anteriores, el Ejecutivo actual no llega siquiera a las 40 iniciativas. Del mismo modo, su porcentaje de aprobación en el congreso es el mayor que se ha registrado desde el 2000.
La presidencia de AMLO es, en efecto, atípica con respecto del proceso que se observaba en gobiernos anteriores. Se trata del presidente con mayor nivel de votación desde 1994, lo que le dio a su vez una mayoría absoluta en ambas cámaras, situación que tampoco ocurría desde aquel año. Un primer aspecto a destacar de esto, es que, a pesar de su legitimidad electoral, AMLO no ha sido más activo presentador de iniciativas que otros presidentes. Esto bien puede deberse a que la modificación de las instituciones por la vía formal no está en la agenda del Ejecutivo. O, bien, obedecer a que los grandes cambios que desea hacer son complicados dado que su naturaleza constitucional le demanda una mayoría de 2/3 partes del congreso, la cual no tiene.
El control de la agenda en el Congreso de la Unión por parte del presidente es evidente. En cuestiones de iniciativas de ley, lo poco que ha presentado ha sido aprobado. Además, normalmente, esta aprobación se da sin modificaciones de por medio. En términos del debate en tribuna, lo habitual ha sido ver posicionamientos en torno al presidente, más allá del producto que se discuta. La relación Ejecutivo-Legislativo ha sido intensa, pero, hasta el momento, a pesar de resistencias y críticas, el presidente ha logrado imponer su agenda de gobierno. Está por verse lo que sucederá durante la segunda mitad del mandado de López Obrador, particularmente el rol que tendrá la elección presidencial de 2024 en la unidad partidista de los legisladores que, hasta el momento, se han mostrado afines a su proyecto.
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Nota: Sergio A. Barcena es doctor en Ciencia Política por la UNAM. Especialista en Poder Legislativo. Investigador del Tec de Monterrey y director de la asociación Buro Parlamentario.
Buró Parlamentario es una asociación civil que busca vigilar al Poder Legislativo promoviendo una ciudadanía informada, activa y participativa.
Twitter: @BuroParlamento
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