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Detengamos los abusos de las escuelas privadas

La NOM-237 para regular colegios privados de educación básica es un paso en la dirección correcta, aun si algunos aspectos pudieran ser reformulados.
mar 23 noviembre 2021 12:02 AM

No todas las escuelas privadas abusan de sus clientes, pero las que sí, actualmente lo hacen con impunidad. Por ejemplo, hay escuelas en las que es imposible saber a ciencia cierta cuánto costará el año escolar porque los cargos se acumulan poco a poco con clases que se cobran extra o actividades que no son realmente optativas. Hay otras que requieren cambios de uniformes constantes o ventas obligatorias de éstos con sobreprecios absurdos. Hay unas más que cobran por servicios que no ofrecen debido a la pandemia.

Cuando esto sucede los padres de familia pueden acudir a la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco), pero es un volado saber si funcionará. Esto se debe a que la Ley Federal de Protección al Consumidor es ambigua respecto a su aplicación a colegios privados, y por tanto, deja las quejas de los padres de familia sujetas a la interpretación.

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Detener los abusos que suceden en algunas escuelas privadas requiere de mejor regulación. Es por ello que, actualmente, la Secretaría de Economía (SE) está promoviendo la creación de una Norma Oficial Mexicana, la NOM-237-SE-2021.

Considero que la NOM-237 es un paso en la dirección correcta. Gracias a ella se impedirá el cambio de uniformes constantes (solo será cada cinco años máximo) y se permitirá que éstos se compren donde los padres de familia prefieran. Además, se hará que las escuelas detallen en sus contratos por adelantado cuáles serás sus servicios y costos en pesos, a fin de evitar sorpresas. Así mismo, se permitirá que haya inspecciones de Profeco en caso de quejas.

El principal ganador de la NOM-237 será el padre de familia que tendrá certeza de costos y de protección ante posibles abusos.

La NOM-237 también beneficiará a los colegios privados pues se establece que, ante el incumplimiento de pago de colegiatura, la escuela podrá dejar de otorgar el servicio, algo que anteriormente, por no estar regulado se presentaba a quejas ante la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH).

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Sin embargo, las escuelas privadas no quieren ser reguladas. Protegiendo sus cotos de poder argumentan que habrá bancarrotas masivas si se les pide que transparenten costos por adelantado. Están acostumbradas a que el padre de familia no pueda hacer cuentas de cuánto le va a costar el año escolar completo.

Más aún, dicen que la Secretaría de Educación Pública (SEP) ya regula los colegios particulares, lo que es una verdad a medias. Si bien la SEP regula cuestiones educativas, no entra en la parte mercantil, una parte que evidentemente existe cuando se compra el servicio de educación privada.

Increíblemente, algunos padres de familia se han puesto del lado de las escuelas. Cual Síndrome de Estocolmo, defienden que las escuelas no tengan que rendirles cuentas. Esto sucede, ya sea por razones ideológicas (como me dijo uno de ellos “entre más lejos esté el gobierno, mejor”) o porque las escuelas les han dicho que van a subir las colegiaturas si se aprueba.

Hasta cierto punto estas reacciones son de esperarse. Como he documentado en mi libro “ No Es Normal ”, el consumidor mexicano está acostumbrado a múltiples abusos y los ha normalizado. Esto incluye sobreprecios, costos altos y baja calidad en los servicios que adquirimos. Pienso que es momento de detener los abusos que pululan en muchas industrias en México, incluyendo los de la educación privada.

Ello no quiere decir que la NOM-237 sea perfecta tal cual esta. En lo personal considero que la figura de las “Unidades de Inspección” (UI) (empresas privadas cargadas de emitir dictámenes de cumplimiento de la norma) debe revisarse a detalle. Al momento, existe el riesgo de que las UI se conviertan en cotos de poder pues se les requiere que sigan la norma mexicana NMX-EC-17020-IMNC-2014 –una norma que, según ha documentado Cofece, carece de transparencia y puede beneficiar a quienes ya ofrecen servicios de verificación. Valdría la pena considerar la eliminación de las UI y dejar que Profeco haga inspecciones solo en caso de quejas.

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Una vez revisado el tema de las UI, la NOM-237 debe aprobarse. La situación actual de abuso de algunos colegios privados es insostenible y solo ha beneficiado a los despachos de abogados que hacen su agosto “defendiendo” a colegios privados de padres de familia quejosos o de la misma Profeco. Los clientes de estos despachos caros se sienten siempre tranquilos de que ganarán, no importa el abuso realizado.

Sin NOM-237, el principal perdedor continuará siendo el consumidor. En su mayoría, los padres de familia terminan simplemente pagando lo que el colegio les pide, cualquiera que sea este pago, con tal de no afectar la posibilidad de que sus hijos o hijas se queden sin terminar el año escolar.

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Nota del editor:

Las opiniones de este artículo son responsabilidad única de la autora.

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