Revolucionar lo que significa ser mujer en México requiere un pacto político-feminista desde las más altas esferas del poder y hasta cada rincón del país. Este pacto requiere, entre otras cosas, que el gobierno dedique una cantidad adecuada de recursos a tener guarderías, a vigilar la implementación de la ley laboral y a promover la equidad de género en todas las esferas de la vida económica.
Sin embargo, las legisladoras no están trabajando por las mujeres, sino por sus propios intereses. Por cuarto año consecutivo está por aprobarse un Presupuesto de Egresos 2022 que contiene flagrantes mentiras hacia las mujeres y la lucha feminista. El presupuesto 2022 miente respecto a la cantidad de dinero que se va a dedicar a promover la igualdad entre hombres y mujeres, y ninguna legisladora ha tenido el valor de encararlo.
La mentira es evidente y está a ojos de quien quiera verla en este documento y descrita de manera histórica en el capítulo titulado “Resbaladilla de cristal” de mi más reciente libro #NoEsNormal .
Las legisladoras nos dicen que gastarán 232 mil millones de pesos en promover la igualdad entre hombres y mujeres en 2022, pero en realidad ese presupuesto no es para eso, sino para los programas sociales genéricos que existen en México. Por ejemplo, el 55% de ese presupuesto es en realidad la pensión para adultos mayores y otro 19% son las becas Benito Juárez que otorga López Obrador.
En una abierta mentira, las legisladoras de todos los partidos nos quieren hacer creer que son feministas, cuando no lo son. Si lo fueran, cuestionarían públicamente por qué el Presupuesto de Egresos 2022 está contabilizando como programas para promover la igualdad de género rubros absurdos como “la supervisión de actividades nucleares y tecnológicas”, la “planeación de la política de turismo” y hasta las “actividades de apoyo administrativo de Pemex”.