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#ColumnaInvitada | 'La Ley de la Gravedad'

En este gobierno no hay "nada grave". A pesar de que en el país nunca habíamos estado tan mal en temas tan sensibles como seguridad, justicia, educación, salud, trabajo, economía e inversión.
mié 08 septiembre 2021 06:20 AM
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El presidente en la conferencia mañanera de este martes 7 de septiembre en donde pidió que los menores no se amparen para obtener vacunas.

Nadie podría haberlo imaginado, por increíble que parezca el actual Presidente y su traída 4T sí lo hacen, sostienen que la ley de la gravedad no existe. Lo impensable es cierto en su realidad alterna, aquella a la cual se refieren cada mañana en su perorata de absurdos. Pero hay que aclarar que nos referimos a distintas gravedades.

Y es que en este gobierno no hay nada que sea grave. A pesar de que en el país nunca habíamos estado tan mal en temas tan sensibles como seguridad, justicia, educación, salud, trabajo, economía, inversión, etc., el Presidente, simplemente, ignora todos estos asuntos de tanto impacto e importancia para la nación y los habitantes. Hasta ahora ha logrado montar un espectáculo disuasivo, pero parece que finalmente el teatro y marionetas pierden eficacia porque el escenario se derrumba, y contra ese efecto físico no se puede hacer mucho por distraer.

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Y hay que ver la forma en que la gravedad se manifiesta hoy en día. Y es que lo vemos, sentimos y padecemos en carne propia todos los habitantes del país, salvo obviamente el propio Presidente, pues vive en una burbuja palaciega que lo aisla de todo lo que pasa al ciudadano común y corriente. Es en esa burbuja donde no existen datos duros, y donde las consecuencias graves simplemente no tienen referencia. A continuación, algunos de los temas en los cuales para el Presidente y gobierno no hay problemas:

1. Salud: mueren niños sin medicinas, no hay cobertura para enfermedades catastróficas, la pandemia Covid-19 ha generado más de 600K muertes, somos primer lugar mundial en víctimas en el sector sanitario, y estamos en la tercera (o permanente) ola de contagios.

2. Seguridad: el país lleva un ritmo de homicidios dolosos en que se va a rebasar muy pronto el número de muertos de los anteriores dos sexenios, pero además con un grado incremental de violencia y pérdida de instituciones confiables.

3. Justicia: los niveles de impunidad no solamente no se han abatido, sino que se han empeorado, pero además con el enorme problema que representa el haber ampliado el catálogo de delitos de prisión oficiosa, demeritando la operación del sistema penal acusatorio.

4. Educación: los mecanismos para garantizar la calidad y oportunidad en los materiales y formas en que se imparten cursos en todos los niveles escolares han sido eliminados para regresar las canonjías sindicales y la extinción de evaluaciones.

5. Infraestructura: en lugar de privilegiar las obras que cuenten con estudios de viabilidad operativa, financiera, social y económica, se opta por destrozar el hub aeroportuario más importante de Latinoamérica, y en su lugar dar paso a una instalación militar que pone en riesgo la seguridad en todo el Valle de México y hace inoperante su funcionamiento y viabilidad, además de un Tren Maya sin plan ejecutivo.

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6. Medio Ambiente: se opta por destrozar 400 hectáreas de manglares para una refinería inviable, inservible y carísima, y además se quema carbón y combustóleo para matar ciudadanos y evitar incrementar fuentes de energías renovables.

7. Corrupción: a diferencia de lo que proclamó, no solamente no la combatió sino que ha resultado ser profundamente corrupto con niveles de opacidad nunca vistos en cuanto al nivel de adjudicaciones directas mayores al 80%, y tolerando actos de corrupción directa por sus hermanos y parentela en forma impune.

8. Capacidad de gobierno: se han destruido las capacidades administrativas de básicamente todas las dependencias y entidades de gobierno, pauperizaron la función pública al grado de haber expulsado grandes talentos de muchas áreas públicas en que ya no existen y que provocan la parálisis e incapacidad de dar servicios a los gobernados.

Así las cosas, el Presidente actual ha inaugurado una clase nueva. No solamente ha sido corrupto, mentiroso e inepto, sino que además se ha instalado en la historia como alguien sin empatía o cercanía con víctimas, que no se inmuta por impacto a la población (les dice ¡al carajo!), es un mandatario cruel (Francisco Martín Moreno dixit).

Ya lo único que falta es que desafiando las leyes de la naturaleza proclame el Presidente que no existe la ley de la gravedad. Al parecer confían tanto en dicha teoría que se atreven a escupir al cielo y asumen que no les caerán sus fechorías. Pero las leyes se cumplen, por lo que todo lo malo que han hecho les pegará en sus caras, y pronto será evidente que su insensatez y desprecio por la población no será ocultable más en su mundo paralelo. La gravedad existe, y la ciudadanía la percibe y reconoce. No más engaños y simulaciones.

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Notas del editor:

Juan Francisco Torres Landa es Miembro Directivo de UNE.

Las opiniones de este artículo son responsabilidad única del autor.

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