Veamos en los hechos lo que ha sucedido. Seamos claros. El Presidente y su movimiento etéreo llamado 4T se han convertido en expertos en montajes que solamente resultan en grandes distractores. La idea es que si se ponen globos a volar, las personas voltean (volteamos lamentablemente) a verlos y perder la vista de lo que realmente ocurre en el país. Es una forma cobarde y perversa de hacer que el tiempo pase, que los asuntos complejos no se atiendan, y que se encarguen solamente de provocar la atención a otros temas.
Preguntemos abiertamente cómo estamos a la fecha con tantos y tantos “globos”. Por ejemplo, hay que cuestionar varias cosas: ¿dónde están las pipas que se compraron para detener el huachicoleo? ¿Cuándo se vuelve a rifar el avión que no se puede vender? ¿Por qué no se pueden comprar medicinas y tratamientos de cáncer, pero sí sostener caprichos y obras sin sentido? ¿Qué permite pensar que quemar carbón y combustóleo no daña al medio ambiente y no mata a muchas personas? ¿Dónde está Emilio Lozoya? ¿Por qué se sigue militarizando al país y se olvidan a las corporaciones policiacas civiles? ¿Por qué no usa tapabocas el Presidente? ¿Cómo se puede atender al país si se pasa la mitad del día en conferencias inútiles? ¿El gobierno quiere promover su propia revocación? Y así muchos otros temas más.
La reducción de eficacia de su pseudo-estrategia es resultado directo de que hay un contrapeso brutal en todo lo que sucede y se llama realidad. Y es que los problemas no se detienen por fenómenos políticos. Las enormes carencias que hoy son palpables en temas tan sensibles como salud, seguridad, justicia, impunidad, corrupción, trabajo, economía y movilidad social, no pueden caer en el engaño institucional del gobierno federal. Lo que se puede provocar es solamente el olvido momentáneo en la población que por fe, convicción, esperanza o ignorancia confían en el actual gobernante, pero no funciona con las cosas que operan por racionalidad y brutalidad fáctica. La ciencia no se doblega con oratoria.
La perversidad del Presidente en abonar al instinto revanchista de población que ha sido marginada de las mejoras en décadas, hoy sirve de carne de cañón con los referidos “globos”. Pero lo cierto es que el gobierno ha multiplicado pobres, muertos, víctimas y desamparados. La 4T ha sido lo peor que le pudo pasar al país en cuanto a resultados se refiere. Nos estamos hundiendo y el capitán del buque nos dice que no nos preocupemos mientras él se dedica a hacer hoyos al casco desde dentro con un enorme taladro de la marca “destructor sin límites”.