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#ColumnaInvitada | Hay que gobernar ya

La elección de julio de 2018 pasó hace tres años; no le han comunicado al titular del Ejecutivo que el país tiene necesidades que requieren su intervención.
mar 17 agosto 2021 11:59 PM
Desempleo
El desempleo es una de las emergencias que requiere atención inmediata.

Parece que en Palacio Nacional no sirven los relojes o calendarios. La elección de julio de 2018 pasó hace tres años y sin embargo el Presidente no ha dejado de estar en campaña. No le han comunicado al titular del Ejecutivo que el país tiene necesidades que requieren una intervención directa y la revisión de opciones para tomar decisiones inteligentes.

Tal parece que el señor se acostumbró tanto a ser candidato (perdedor) y a estar en la oposición para criticar todo lo que veía que hacían otros, que es incapaz de realizar una tarea distinta. Se pasa los días, semanas, meses y años en la infructuosa labor de atacar, denostar, ignorar, reducir, y en general dividir y separar. ¿Hay lógica en su actuar? ¿Tiene algún destino loable? ¿Persigue un bien común?

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Veamos en los hechos lo que ha sucedido. Seamos claros. El Presidente y su movimiento etéreo llamado 4T se han convertido en expertos en montajes que solamente resultan en grandes distractores. La idea es que si se ponen globos a volar, las personas voltean (volteamos lamentablemente) a verlos y perder la vista de lo que realmente ocurre en el país. Es una forma cobarde y perversa de hacer que el tiempo pase, que los asuntos complejos no se atiendan, y que se encarguen solamente de provocar la atención a otros temas.

Preguntemos abiertamente cómo estamos a la fecha con tantos y tantos “globos”. Por ejemplo, hay que cuestionar varias cosas: ¿dónde están las pipas que se compraron para detener el huachicoleo? ¿Cuándo se vuelve a rifar el avión que no se puede vender? ¿Por qué no se pueden comprar medicinas y tratamientos de cáncer, pero sí sostener caprichos y obras sin sentido? ¿Qué permite pensar que quemar carbón y combustóleo no daña al medio ambiente y no mata a muchas personas? ¿Dónde está Emilio Lozoya? ¿Por qué se sigue militarizando al país y se olvidan a las corporaciones policiacas civiles? ¿Por qué no usa tapabocas el Presidente? ¿Cómo se puede atender al país si se pasa la mitad del día en conferencias inútiles? ¿El gobierno quiere promover su propia revocación? Y así muchos otros temas más.

La reducción de eficacia de su pseudo-estrategia es resultado directo de que hay un contrapeso brutal en todo lo que sucede y se llama realidad. Y es que los problemas no se detienen por fenómenos políticos. Las enormes carencias que hoy son palpables en temas tan sensibles como salud, seguridad, justicia, impunidad, corrupción, trabajo, economía y movilidad social, no pueden caer en el engaño institucional del gobierno federal. Lo que se puede provocar es solamente el olvido momentáneo en la población que por fe, convicción, esperanza o ignorancia confían en el actual gobernante, pero no funciona con las cosas que operan por racionalidad y brutalidad fáctica. La ciencia no se doblega con oratoria.

La perversidad del Presidente en abonar al instinto revanchista de población que ha sido marginada de las mejoras en décadas, hoy sirve de carne de cañón con los referidos “globos”. Pero lo cierto es que el gobierno ha multiplicado pobres, muertos, víctimas y desamparados. La 4T ha sido lo peor que le pudo pasar al país en cuanto a resultados se refiere. Nos estamos hundiendo y el capitán del buque nos dice que no nos preocupemos mientras él se dedica a hacer hoyos al casco desde dentro con un enorme taladro de la marca “destructor sin límites”.

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La coyuntura es brutal. La pandemia vino a poner de manifiesto que la demagogia y el populismo no solamente no sirven para resolver problemas, sino que en realidad se convierten en una especie de combustible en una fogata abierta –el incendio crece con rapidez y con enorme capacidad de incineración. A su paso cenizas y desolación.

En el mundo estamos en tiempos de grandes definiciones por la revolución digital y el calentamiento global. La humanidad tiene frente a sí un enorme beneficio por la gran cantidad de oportunidades que la tecnología presenta, en particular porque la revolución cibernética permite hoy multiplicar productividad y mayor competitividad, todo con menores tiempos y costos. También es un hecho que el calentamiento global está afectando seriamente la vida como la conocemos. Pero en México la ceguera es de tal tamaño que se dice que aquí no hay que ser ambiciosos, que el trapiche es una herramienta deseable, y por otro lado que el medio ambiente es un concepto disponible. Así es que en México ni tecnología ni cuidado al ambiente. Que se mueran todos.

Estamos ante un cambio generacional, no para un regreso histórico. Hoy es la antesala de un salto cuántico en cuanto a impulsos de nuevas empresas, de usos tecnológicos, de evoluciones laborales, de grandes mejorías en salud, de revolución en transportes, etc. Por ello les podemos confirmar que ya se acabó el tiempo para hacer tonterías. Si quisiéramos un payaso podríamos elegir a Brozo (y estaríamos mucho mejor). Pero eso llegará en 2024. Ahora la exigencia es que se gobierne ya y se cumpla con la ley. Todo lo demás es innecesario, incongruente e improcedente. Basta de circo. El país requiere un gobierno serio.

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Notas del editor:

Juan Francisco Torres Landa es Miembro Directivo de UNE.

Las opiniones de este artículo son responsabilidad única del autor.

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