A la mitad del camino, el presidente López Obrador empieza a hacer cambios en medio de un gobierno, cuando no paralizado, absolutamente inepto.
La llegada de Adán Augusto López a la Secretaría de Gobernación es la crónica de una muerte anunciada, y es que la salida de Olga Sánchez Cordero era un secreto a voces. Con una Segob desmantelada e inmersa en la irrelevancia, el presidente mueve sus piezas en aras de ponerle dentadura a una Secretaría que desde que comenzó el sexenio no tuvo dientes.
Con malos tratos, regaños y mansplaining cotidiano, Olga sale sin la menor señal de dignidad y decoro del gabinete de la 4T. En su lugar, llega alguien no cercano, sino cercaníiismo al presidente, Adán Augusto López.
El país no está para echar tiros al cielo y eso lo sabe el Presidente, quien –a pesar de que en su Tercer Informe de Gobierno se esmeró en contarnos la versión de que el país es un Edén–, topa con una realidad que habla por sí misma.
Don Adán tendrá que enfrentar muchos retos desde su oficina en el Palacio de Cobián. Para empezar tendrá que mejorar la relación con gobernadores de todos los partidos. Y es que la interlocución entre los gobiernos estatales y el gobierno federal ha sido complicada, por decirlo menos. Entre las ruinas de la Conago, la impotencia de la Alianza Federalista y los no pocos desencuentros con los gobernadores de Morena, la chamba del Secretario no se ve para nada envidiable.
Por otro lado, en la arena legislativa, habrá bastante talacha. Y es que se vienen reformas clave para el proyecto lopezobradorista, desde la eléctrica hasta la electoral y la militarista. Aquí, el secretario López no se puede equivocar. Si lo hace, corre el riesgo de que lo manden de vuelta a Tabasco, como le pasó a Doña Olga tras el fracaso de su negociación (es un decir) de la Ley de Revocación de Mandato.
Si bien sorprendió que el presidente nombrara a un gobernador en funciones, a nadie extrañó. Y es que se trata de alguien de todas las confianzas y confidencias del inquilino de Palacio. Dejen les cuento, Adán Augusto fue notario como su padre, Payambé López Falconi y se convirtió en uno de los aliados clave de un joven López Obrador durante su ruptura con el PRI en Tabasco. Antes de que Adán Augusto López tomara licencia en 2006 como titular de la Notaría Pública Número 27 del estado de Tabasco, fue el encargado de tramitar la cesión de sus departamentos a su hijo Andrés Manuel López Beltrán y de otras propiedades ubicadas en Tabasco a sus otros tres hijos. Así que si alguien conoce el patrimonio de Andrés, es Adán.
Y eso no es todo. Su hermana Rosalinda López es administradora general de Auditoría Fiscal Federal del Sistema de Administración Tributaria y está casada con el gobernador de Chiapas, Rutilio Escandón. Otra de sus hermanas, Silvia, es esposa de Humberto Mayans Canabal, quien fuera secretario de Gobierno de Tabasco de 2007 a 2011, y hoy se desempeña como consejero independiente de Petróleos Mexicanos. Ya sabe que en la 4T ¡todo queda en familia!
Originario de Paraíso, Tabasco, Adán nació en 1963 e inició su carrera política en el Partido Revolucionario Institucional en el año 2000 como coordinador de campaña de Manuel Andrade Díaz, quien ese año contendió por la gubernatura de Tabasco. Tres años después, Adán Augusto López Hernández se integró al Partido de la Revolución Democrática (PRD) y con la postulación de esta fuerza política ganó la diputación local en la 58 Legislatura tabasqueña por el IV distrito electoral, de 2006 a 2009. Después, logró una diputación federal por el IV distrito de ese mismo estado en la 61 legislatura que trabajó de 2010 a 2012. En 2006, cuando el PRD postuló como candidato a la presidencia a Andrés Manuel López Obrador, López Hernández se convirtió en el coordinador regional de la campaña en Campeche, Chiapas, Oaxaca, Quintana Roo, Tabasco, Veracruz y Yucatán.
En 2012, consiguió un escaño en el Senado de la República por el PRD, pero al año siguiente se integró a Morena. López Hernández tiene una licenciatura en Derecho por la Universidad Juárez Autónoma de Tabasco y una maestría en Ciencias Políticas por la Escuela de Derecho, Economía y Ciencias Sociales de la Universidad de París II, Francia.
PD: Mi solidaridad con Lía Limón, así como con las legisladoras y alcaldes que fueron agredidos.
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