Al cabo de algunos meses la vacuna hizo su aparición. Sabíamos que ésta sería una nueva oportunidad para que los corruptos hicieran de las suyas, y así fue. A partir de abril del 2021, a través de #DenunciaCorrupción medimos esos casos, y ahí nos han reportado que, en algunos lugares, se cobraba entre 100 y 300 pesos para dejar pasar a una persona con su familiar de la tercera edad, y entre 1,000 y 3,000 pesos si querías ponerte la vacuna de una vez, aunque no te tocara aún recibirla. Gente que nos dijo que les habían inyectado aire o que vieron cómo algunas personas encargadas de poner la vacuna sacaban las jeringas preparadas de los contenedores térmicos y las metían a las bolsas de sus batas.
Alguien nos reportó que era chofer de taxi y que lo contrataron por 5 días para ir todas las noches al estadio de futbol de Ciudad Universitaria (CU), para trasladar en su auto contenedores térmicos, presuntamente llenos de vacunas, desde CU hasta un edificio en el centro de la ciudad. Otro más nos contó que, en su empresa, sus jefes habían comprado vacunas para todos los trabajadores y que se las habían puesto. Uno más, que pagó a un servidor público cerca de 50 mil pesos para que le pusieran la vacuna a ella, a su esposo, sus padres y sus suegros, y que los pagó pensando en que irse a Estados Unidos le iba a salir más caro.
Recientemente, un familiar muy cercano se contagió de COVID-19. La primera pregunta que el neumólogo me hizo fue: "¿Qué vacuna le pusieron?". Le contesté que Pfizer; me replicó: "¿Viajaron al extranjero, se la puso el gobierno o la compraron?". "¡¿Se pueden comprar?!", le contesté. “Claro que sí, mucha gente pagó, pero eran falsas. A mi consultorio han llegado decenas de personas muy enfermas diciendo que se les habían puesto la Pfizer, y en el hospital donde trabajo hay cientos de personas en cama por esa misma razón. Les dieron gato por liebre”.
En abril del 2020, un mes después de que iniciara la primera cuarentena debido a la pandemia de COVID-19, publicamos www.denunciacorrupcion.mx , una herramienta que surgió como respuesta a dos necesidades ciudadanas primordiales: fomentar la denuncia de corrupción, que en México es bajísima (de cada 100 actos de corrupción sólo se denuncian 23 y de ellos sólo 1 tiene consecuencias legales1 ); y medir la incidencia de corrupción en el sector salud, específicamente en lo relacionado con la detección, atención y tratamiento del COVID-19. Y es que sabemos que, en situaciones de necesidad extrema, los actos de corrupción no disminuyen, al contrario, siempre habrá alguien que quiera aprovecharse de la situación y sacar un beneficio que legalmente no le corresponde a costa de todos los demás.