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ColumnaInvitada | Acceso a los servicios de salud: el gran pendiente del sexenio

Atender las carencias en salud deberá ser una de las principales prioridades de la actual administración para la segunda mitad del sexenio. La voluntad política de las autoridades será clave.
mar 10 agosto 2021 06:20 AM
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Las instituciones públicas de salud han sido llevadas a su límite por la atención de los pacientes con COVID-19.

Desde el primer día de la actual administración, el acceso efectivo y gratuito a la salud ha sido defendido como uno de los objetivos prioritarios en la narrativa gubernamental. Sin embargo, los resultados de la Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares (ENIGH 2020) y los resultados de la Medición multidimensional de la pobreza en México 2020, elaborado por el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval), reflejan un retroceso en ambos sentidos.

México enfrentará un escenario complejo en materia de salud durante los próximos años: las instituciones públicas de salud han sido llevadas a su límite por la atención de los pacientes con COVID-19, al mismo tiempo que el sistema federal de salud se encuentra en proceso de transición, con una implementación atropellada del Instituto de Salud para el Bienestar (Insabi) y con presupuesto insuficiente.

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La pandemia por COVID-19 reconfiguró por completo los ingresos y el gasto de los hogares. Cifras de la ENIGH 2020 muestran un panorama retador en diversos aspectos de política social, empezando por el aumento de la pobreza y la pobreza extrema en el país. Sin embargo, de los seis tipos de carencias sociales que padece la población del país, el acceso a los servicios de salud es el indicador que presenta la tendencia más preocupante: disminuyó el acceso a los servicios de salud, al tiempo que aumentó el gasto promedio de los hogares para obtenerlos. Esta situación demanda acciones urgentes del gobierno federal.

Los estudios citados muestran los siguientes resultados en materia de salud:

1. Menor acceso a servicios de salud: de acuerdo con el Coneval, la población con carencia por acceso a los servicios de salud aumentó en 16 millones, entre 2018 y 2020. La disminución en la afiliación a subsistemas de salud se concentra principalmente en el Insabi. En 2018, la ENIGH reportó que el Seguro Popular tenía una afiliación de más de 52 millones de personas; en 2020 —ya con el Insabi en operación—, esta cifra se redujo hasta ubicarse en 34 millones. Es decir, hay 18 millones de personas que tenían acceso a los servicios del Seguro Popular, pero carecen de acceso a los del Insabi.

2. La disminución en el acceso a los servicios de salud se concentra en los hogares de menores ingresos. Mientras que los deciles IX y X —que agrupan a los hogares de mayores ingresos— presentaron una disminución en la población afiliada a instituciones de salud de 4.5%, para los deciles I y II —que son los de menores ingresos— la disminución fue de 24%.

3. Mayor gasto de bolsillo en salud: en los últimos años, el gasto de los mexicanos en cuidados de salud mostraba una tendencia a la baja, especialmente en los hogares de menores ingresos. Sin embargo, de 2018 a 2020, el gasto de bolsillo aumentó en 40%.

4. Aumento de gasto en medicamentos: es el rubro de gasto en salud que más aumentó (+67%), posiblemente potenciado por los diversos problemas de abasto de medicamentos que se han observado en los últimos dos años. Destaca, además, que 30% de los hogares más vulnerables aumentaron en más de 100% su gasto promedio en medicamentos.

5. Aumento del gasto en hospitalización y atención ambulatoria: la ENIGH 2020 muestra que los usuarios de instituciones de salud privadas incrementaron en todos los deciles de ingreso. Lo anterior se ve reflejado en el aumento del gasto de los hogares en atención ambulatoria (+37%) y hospitalización (+27%).

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Además de estos retos, algunos de los pendientes en materia de salud que se desprenden de la pandemia o se han exacerbado frente a la priorización de los recursos humanos, financieros y materiales para la atención de la emergencia sanitaria son: i) la atención de las diversas secuelas post-COVID; ii) la prevención, detección y atención de enfermedades no transmisibles, como enfermedades cardiovasculares, diabetes y cáncer; iii) la cobertura de otras enfermedades que generan gastos catastróficos a los hogares; iv) la elevada mortalidad materna; v) la insuficiencia de personal e infraestructura hospitalaria; vi) el acceso a medicamentos y esquemas de vacunación (no COVID-19), entre otras.

Atender las carencias en salud deberá ser una de las principales prioridades de la actual administración para la segunda mitad del sexenio. La voluntad política de las autoridades será clave para enfrentar estos retos. Los esfuerzos deberán concentrarse en tres rubros: 1) fortalecimiento operativo de las instituciones de salud, principalmente el Insabi; 2) mayor presupuesto que permita la atención integral de los pacientes y el fortalecimiento de la infraestructura hospitalaria, y 3) colaboración con el sector privado. Los esfuerzos para hacer frente a la pandemia –como los convenios entre el gobierno federal y hospitales privados, la disponibilidad de vacunas contra la COVID-19 y el impulso y cooperación en favor de la investigación– ofrecen lecciones importantes sobre el potencial de la colaboración público-privada en favor del fortalecimiento del sistema de salud de México.

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Notas del editor:

Sergio Baca ( @sbacag ) es Gerente de Asuntos Públicos en Salud y Ana Padilla es Consultora Senior en Integralia Consultores ( @Integralia_Mx ).

Las opiniones reflejadas en este texto con responsabilidad exclusiva de los autores.

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