La necesidad de impulsar una reforma fiscal sería algo lógico para un gobierno que enfrenta fuertes presiones de gasto por la promesa de elevar el gasto social y concluir con grandes proyectos de infraestructura, que cuenta con una relativa escasez de ingresos y que, al mismo tiempo, cuenta con la legitimidad y la fuerza en el Congreso para impulsarla.
No obstante, a pesar de menciones esporádicas de funcionarios y legisladores en el sentido de que se estaría planeando una reforma fiscal de gran calado, la realidad es que el presidente López Obrador luce poco entusiasmado con la idea de una reforma de “gran alcance” (entre 3 y 4% del PIB, monto similar al de la reforma fiscal del 2013). Esto podría explicarse por tres razones principales:
1) El presidente no parece dispuesto a romper su promesa de no elevar impuestos, pues considera que su sexenio podrá salir adelante con algo más de recaudación, pero sin necesidad de asumir el costo político de una gran reforma que más bien beneficiaría a su sucesor o sucesora.
2) El presidente ve en una reforma fiscal un potencial daño político a las aspiraciones de que su partido retenga la presidencia en 2024.
3) El presidente entiende que una reforma fiscal de gran alcance dañaría —aún más— su relación con el sector empresarial y la clase media, en el contexto de un proceso de muy incipiente recuperación económica.
Por lo anterior, luce poco probable que se impulse una gran reforma fiscal próximamente. Dicho esto, el Paquete Económico 2022 probablemente contendrá alguna o algunas de las siguientes opciones que parecen ser políticamente aceptables para el presidente y que podrían ser fácilmente impulsadas en el Congreso o por el nuevo titular de Hacienda, Rogelio Ramírez de la O: i) incrementar los impuestos especiales a productos como el tabaco, el alcohol y bebidas y alimentos no básicos con alta densidad calórica, como botanas y dulces, los cuales han sido señalados como responsables del número elevado de decesos por la pandemia; ii) cambiar tasa cero por exenta; iii) limitar las exenciones y deducciones al ISR de personas físicas y de personas morales, y iv) mayores impuestos para plataformas tecnológicas.
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Notas del editor:
La autora es parte del equipo de Integralia Consultores ( @Integralia_MX ): Daniela Salgado es consultor senior.
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