Y por supuesto que hay que insistir en la fórmula 3: no abstenerse, no dar votos a Morena (y satélites), y votar útilmente por quienes pueden vencer en otras fórmulas electorales (en la mayoría de los casos por alguno de los partidos de la coalición Va Por México). El uso de la herramienta www.mivotoutil.mx es vital para que cada quien revise en su distrito cuál es la opción partidista de mayor competitividad posible.
Pero quiero ir más allá de la coyuntura. Hay que preguntarnos por qué llegamos a esta situación. Estoy cierto que se escribirán cientos o miles de textos sobre lo que pasó en México en estos años. Obviamente, mucho tendrá que ver con lo que pase el 6 de junio, pero el punto es que este extremo en el que nos encontramos solamente se entiende por un abandono ciudadano por muchos años, permitiendo que en periodos amplios (particularmente el sexenio inmediato anterior) se hubiera llevado un ultraje contra las finanzas públicas, permitiendo así que un iluminado sin programa o mérito (más allá de un diagnóstico puntual, pero sin soluciones reales) pudiera vencer en las urnas en 2018. La culpa la tenemos todos los que permitimos que esa coyuntura se lograra, porque en cualquier otro supuesto de escrutinio y participación no habría tenido espacio una oferta electoral tan vana, vacía y opaca.
El aprendizaje y reflexión deben ser profundos. No podemos reescribir la historia, pero sí podemos entender sus implicaciones. No podemos lamentarnos de lo que dejamos de hacer, pero sí tenemos que fomentar un comportamiento distinto en lo que ahora debemos asumir como decisiones estratégicas. Por ello el llamado es de una emergencia absoluta. La casa se encuentra en llamas y requerimos utilizar las herramientas a nuestro alcance para apagar el incendio. En unas semanas y meses podremos definir todas las herramientas idóneas para manejar un país con un programa ambicioso de grandes alcances para atacar en serio los grandes rezagos que tenemos frente a los más vulnerables y que pasan por educación, salud, seguridad, trabajo, cultura, oportunidades, etc. Pero ahora lo importante es salvar la casa y luego definimos cómo reconstruirla. Tomemos las “mangueras” del voto útil y aseguremos que la conflagración se apague y volvamos a habitar la nación con un nuevo proyecto de convivencia y desarrollo pleno.