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#ColumnaInvitada | Va nuestro resto

El país y toda su población merecemos estar en un lugar de democracia plena y mejora constante del nivel y calidad de vida. Para todos y sobre todo para los que menos tienen.
mié 26 mayo 2021 06:30 AM
Votación
La hora de las elecciones ha llegado.

Sé que mucho hemos escrito desde hace meses sobre la ya inminente elección intermedia a tener lugar el 6 de junio próximo. Ahora estamos literalmente a unos cuantos días, y es el momento de hacer la evaluación de donde estamos y qué nos espera.

Empecemos por reiterar lo que ya hemos venido señalando. En esta elección nos vamos a jugar no solamente una elección numéricamente relevante por el número de puestos de elección en juego (el más grande en la historia del país), sino, y quizá lo más importante, porque de lo que se defina en ese domingo dependerá el futuro de la nación por años, quizá décadas. No por nada lo hemos designado como el día D, y en nosotros queda definir si esa letra es sinónimo de Dictadura o Democracia, ni más ni menos.

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Y por supuesto que hay que insistir en la fórmula 3: no abstenerse, no dar votos a Morena (y satélites), y votar útilmente por quienes pueden vencer en otras fórmulas electorales (en la mayoría de los casos por alguno de los partidos de la coalición Va Por México). El uso de la herramienta www.mivotoutil.mx es vital para que cada quien revise en su distrito cuál es la opción partidista de mayor competitividad posible.

Pero quiero ir más allá de la coyuntura. Hay que preguntarnos por qué llegamos a esta situación. Estoy cierto que se escribirán cientos o miles de textos sobre lo que pasó en México en estos años. Obviamente, mucho tendrá que ver con lo que pase el 6 de junio, pero el punto es que este extremo en el que nos encontramos solamente se entiende por un abandono ciudadano por muchos años, permitiendo que en periodos amplios (particularmente el sexenio inmediato anterior) se hubiera llevado un ultraje contra las finanzas públicas, permitiendo así que un iluminado sin programa o mérito (más allá de un diagnóstico puntual, pero sin soluciones reales) pudiera vencer en las urnas en 2018. La culpa la tenemos todos los que permitimos que esa coyuntura se lograra, porque en cualquier otro supuesto de escrutinio y participación no habría tenido espacio una oferta electoral tan vana, vacía y opaca.

El aprendizaje y reflexión deben ser profundos. No podemos reescribir la historia, pero sí podemos entender sus implicaciones. No podemos lamentarnos de lo que dejamos de hacer, pero sí tenemos que fomentar un comportamiento distinto en lo que ahora debemos asumir como decisiones estratégicas. Por ello el llamado es de una emergencia absoluta. La casa se encuentra en llamas y requerimos utilizar las herramientas a nuestro alcance para apagar el incendio. En unas semanas y meses podremos definir todas las herramientas idóneas para manejar un país con un programa ambicioso de grandes alcances para atacar en serio los grandes rezagos que tenemos frente a los más vulnerables y que pasan por educación, salud, seguridad, trabajo, cultura, oportunidades, etc. Pero ahora lo importante es salvar la casa y luego definimos cómo reconstruirla. Tomemos las “mangueras” del voto útil y aseguremos que la conflagración se apague y volvamos a habitar la nación con un nuevo proyecto de convivencia y desarrollo pleno.

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No podemos volver a estar en un momento así de riesgoso. El país y toda su población merecemos estar en un lugar de democracia plena y mejora constante del nivel y calidad de vida. Para todos y sobre todo para los que menos tienen, pero en serio. El “mea culpa” debe ser generalizado. Pero no hay mal que por bien no venga. Hoy estamos ante una gran definición que debe ser el catalizador de un gran despertar ciudadano. En ese sentido, le debemos un agradecimiento al gobierno actual que con su desastre ha abierto los ojos de la responsabilidad ciudadana, y es en ese sentido una oportunidad referente que no podemos desaprovechar, pero que debe implicar un antes y un después en lo que a involucramiento en el país se refiere.

Anticipamos que el despertar y participación serán plenas, y por lo mismo que vendrá un cambio real y sustancial. Pero por ello mismo, dada la gran tradición anti-democrática de Morena y sus liderazgos, tocará a la ciudadanía defender por todos los cauces legales y legítimos los resultados de las determinaciones democráticas a lo largo y ancho del país. No podemos pensar que el ser ciudadano se agota acudiendo a las urnas. Eso nos llevaría a cometer los mismos errores del pasado. Tenemos que ir y exigir todos los días del año. Así será de aquí en adelante.

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No hay vuelta de hoja. En nuestras manos está el destino del país. Por ello debemos saber que hay que aplicarnos porque en esta apuesta nos va todo lo que tenemos de posibilidad de asegurar que el país salga de la ruta destructiva actual. Nunca más los podemos dejar solos porque los políticos son vulnerables y débiles si se saben no vigilados. Que no se nos olvide salir y sacar a votar a todos los que queramos al país. Es nuestro resto y es ahora.

#VotarParaBotarlos #NiUnVotoParaMorena #SíPorMéxico #VaPorMéxico

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Notas del editor:

Juan Francisco Torres Landa es Miembro Directivo de UNE.

Las opiniones de este artículo son responsabilidad única del autor.

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