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#BuróParlamentario | El voto no basta

Cuando un presidente cuenta con una mayoría disciplinada y la oposición es minoritaria pero además dispersa, el Ejecutivo encuentra campo libre para reformar las leyes a su gusto.
lun 17 mayo 2021 06:20 AM
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La bancada de Morena tuvo la disciplina de votar en bloque en todas sus reformas.

La voluntad popular expresada en 2018 se decantó por darle una mayoría a AMLO y su coalición en la Cámara de Diputados. Desde luego, se debe tomar en cuenta que, gracias al transfuguismo y las transferencias (o préstamos de diputados) previos al inicio de la legislatura, la fuerza de la 4T en San Lázaro, aumentó considerablemente.

Pero más allá de esta cuestión que ya ha sido muy discutida, algo que no se puede negar es que el voto por la 4T, fue mucho mayor que por los demás partidos. Es decir, el ciudadano le dio un fuerte espaldarazo al proyecto de gobierno de AMLO desde las urnas. Sin ponerle grandes trabas parlamentarias.

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Pero no basta con el voto popular para que un gobierno eche a andar sus programas y cumpla con sus más importantes promesas de campaña.

Además de la mayoría numérica, un Ejecutivo necesita que los integrantes de su partido o coalición en el Congreso, se presenten y voten para apoyar sus proyectos y con ello, se puede materializar su propuesta de nación.

Lo observado a lo largo de la 64 Legislatura fue precisamente eso. Los miembros de la 4T (incluyendo al PVEM) votaron la gran mayoría de las veces en bloque. Esta coalición solamente se fragmentó en 2 de 709 votaciones. Dichos dictámenes correspondieron a los acuerdos para la integración de la Mesa Directiva de la Cámara en el 3er año (para darle la presidencia al PT). Fuera de estos dos escasos eventos, la 4T solo perdió una votación (la referente a reducir el 50% del presupuesto a los partidos políticos cuando el 90% de los diputados del PT votaron en contra y la 4T no tuvo los votos suficientes para lograr una mayoría calificada).

Del lado de la oposición, la historia fue muy diferente. Los partidos que la conformaron (PRI, PAN, PRD y MC) se fragmentaron fuertemente en más de 40 ocasiones. Incluyendo votaciones cruciales como el tema del aumento en el catálogo de delitos que ameritan prisión preventiva oficiosa, la remuneración de servidores públicos, el tema de condonación de impuestos y la reforma al Poder Judicial, entre otros.

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Dicho sin tanta vuelta: los diputados de la 4T (y su pragmático apéndice parlamentario llamado Partido Verde) cerraron filas y casi siempre votaron unidos. Por el contrario, la oposición no siempre se puso de acuerdo y en varias votaciones (trascendentales, por cierto) cada grupo parlamentario tomó su propio rumbo.

Las implicaciones que esto tiene para la democracia, son profundas. Cuando un presidente cuenta con una mayoría disciplinada y la oposición es minoritaria pero además dispersa, el Ejecutivo encuentra campo libre para implementar virajes normativos y reformar las leyes a su gusto. Esto se hizo patente en la 64 Legislatura con la aprobación de los presupuestos intactos del presidente, el consentimiento a sus megaproyectos y el aval a sus reformas emblemáticas. En un caso así, el límite al poder presidencial proviene de otros espacios (jueces, congresos locales y órganos autónomos) pues el legislativo queda desprovisto de toda su capacidad para contener al Ejecutivo.

Con todo esto importa tener en cuenta que la construcción de un contrapeso al Ejecutivo en la segunda mitad de su mandato, no se agotará en las urnas. Como se vio en esta legislatura, de muy poco servirá que los ciudadanos coloquemos en San Lázaro a muchos legisladores de oposición si estos no votan de manera unificada contra las reformas que intentará implementar la 4T.

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Si dejamos que la “oposición haga lo suyo” sin vigilarla y sin exigirle que actué de manera unificada, nos esperan otros tres años de sometimiento parlamentario al gobierno. Por tanto, una democracia con contrapesos legislativos demandará (además de votar el 6 de junio) una tarea de constante exigencia a los diputados de oposición. Para saber cómo votan en lo individual y pro grupo parlamentario. Y exigir, en caso de ser necesario que la alianza opositora no se agote en un acuerdo electoral que se derrita al calor de las discusiones parlamentarias que se llevaran a cabo a lo largo de la 65 Legislatura (2021-2024).

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Nota: Sergio A. Bárcena es doctor en Ciencia Política por la UNAM. Especialista en Poder Legislativo. Investigador del Tec de Monterrey y director de la asociación Buró Parlamentario.

Buró Parlamentario es una asociación civil que busca vigilar al Poder Legislativo promoviendo una ciudadanía informada, activa y participativa.

Twitter: @BuroParlamento

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Nota del editor: Las opiniones de este artículo son responsabilidad única del autor.

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