Autores como Alba Ruth Santos (2016) mencionan que ante el cambio en los entornos educativos, la praxis docente tiene como aspecto fundamental la adquisición de competencias digitales y aprender a usar las TIC, pero transformarlas en las Tecnologías para el Aprendizaje y el Conocimiento (TAC) para mejorar los procesos y desarrollar las competencias sociales de los estudiantes.
Al respecto, cito lo comentado en el documento informativo de CEPAL (2020) sobre nuestro país:
“De acuerdo con una encuesta realizada en México (Mancera Corucera, Serna Hernández y Barrios Belmonte, 2020), las estrategias de trabajo a distancia incluyen las tareas de llenado de libros o guías de estudio, la solicitud de trabajos, la realización de videos explicativos de los contenidos, el trabajo en páginas web específicas y la realización de clases virtuales. No obstante, las clases virtuales y la realización de videos son mucho más comunes en las escuelas privadas (donde el 56% y el 43% del profesorado recurre a estas actividades, respectivamente) que en el resto de las escuelas (donde dicha proporción no llega al 10%)”.
Esto da testimonio de la necesidad imperiosa de hacer frente a muchos retos educativos para trabajar por una mejor sociedad. Es patente en los procesos de educación a distancia, la falta de conectividad adecuada, la carencia de los insumos electrónicos y la poca práctica en el manejo de entornos virtuales en la educación, tanto en docentes como en los estudiantes.
Por lo anterior, es menester valorar a los docentes que han hecho frente dignamente a esta crisis social, al poder tener la competencia para diseñar estrategias didácticas adecuadas que, de inicio, fueron de creación propia, pero también aquellas que implementaron las autoridades educativas en cada centro escolar. Además del importante apoyo que los directivos se han ocupado de brindar y que ha sido crucial para superar paulatinamente la crisis inesperada que hemos sorteado.
Por eso, hoy más que nunca “FELIZ DÍA DEL MAESTRO”.
_______________
Nota del editor: la autora es docente de posgrados en Educación de la Universidad Intercontinental.
Las opiniones de este artículo son responsabilidad única de la autora.