Evelyn Cecia Salgado Pineda estaba en la irrelevancia hasta hace muy pocas semanas. Un inesperado giro en la contienda electoral en Guerrero hizo que ella saltara de la Secretaría de la Mujer, en el actual gobierno guerrerense (en el que cobraba mensualmente 40 mil pesos), a que la ungieran como candidata a la gubernatura a Guerrero por Morena. Y es que, digámoslo claro, la candidatura de Evelyn Salgado es resultado de dos tragedias: primero, de la impunidad que sufren las mujeres mexicanas y, segundo, de la indolencia y cinismo de la cúpula morenista.
Con un inexplicable orgullo, Félix Salgado aseguraba que “Hay Tora”, al imponer a su hija en el partido; incluso, a pesar de las molestias al interior del morenismo guerrerense. Sin aspavientos y con altas dosis de cinismo, fue elegida mediante una encuesta “patito” por decirlo menos, la cual supuestamente midió el conocimiento, honestidad e idoneidad de la candidatura entre tres contendientes: Evelyn Salgado; la exalcaldesa de Atoyac, María de la Luz Núñez Ramos; y a la senadora Nestora Salgado.