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Salgado Macedonio: ¿por qué?

El escándalo ha hecho mucho ruido, pero nada indica que esté logrando alterar las condiciones de la contienda. Esto es la política mexicana hoy en día: este desfondamiento, esta inmundicia.
mar 16 febrero 2021 11:59 PM
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Salgado Macedonio fue confirmado por Morena.

¿Cómo es que Morena terminó proponiendo como candidato a gobernador de Guerrero a un personaje contra el que existen varios testimonios y acusaciones formales de acoso y abuso sexual? ¿Por qué un partido político estaría dispuesto a incurrir en ese riesgo? ¿A imponerse semejante costo? ¿A autoinfligirse un daño reputacional tan grande? ¿Y cómo es que, a pesar de las múltiples protestas de su militancia, sobre todo de tantas mujeres justamente indignadas ante la grotesca señal que manda, dicha candidatura de todos modos se sostiene? ¿Incluso al grado de que el propio presidente de la república desestima los señalamientos como un mero “asunto partidista, producto de la temporada electoral”? ¿Qué lógica política explica esta decisión?

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Valga admitir, de entrada, que Salgado Macedonio no es un candidato impuesto. Morena optó por escoger a su abanderado mediante una encuesta y todo indica que él fue el ganador. Casi todos los sondeos independientes, además, lo corroboran: se trata de un aspirante reconocido, popular, del que la mayoría tiene más o menos buena opinión a pesar de los escándalos en los que ha estado involucrado.

En los careos con otros aspirantes de Morena (Pablo A. Sandoval, Luis Walton, Adela Román o Nestora Salgado) suele ser el favorito; y en los careos contra personajes de otros partidos (Manuel Añorve, Claudia Ruiz Massieu o Mario Moreno del PRI; Beatriz Mojica del PT; Evodio Velázquez o Antonio Gaspar del PRD; Jorge Camacho, Marcos Parra o Guadalupe González del PAN), es el que aglutina un mayor porcentaje de preferencias.

No es que los guerrerenses no lo conozcan: ha sido diputado federal dos veces (por mayoría en 1988, plurinominal en 2000); senador en un par de ocasiones (de primera minoría en 1994, de mayoría en 2018); presidente municipal de Acapulco (2006) y candidato a gobernador, también, dos veces (en 1992 y 1998). Y tampoco es que su gestión en ninguno de esos cargos haya sido memorable o estelar; en el mejor de los casos fue frívola, folclórica o irrelevante; en el peor, sobre todo como alcalde de Acapulco, fue desastrosa .

Todo apunta, sin embargo, a que será el próximo gobernador de Guerrero. Aunque el gobernador saliente, Héctor Astudillo, del PRI, suele aparecer entre los mandatarios estatales mejor evaluados del país, la intención de voto por Morena luce irremontable. Las encuestas la ubican entre un 36% y un 51%, por lo menos el doble de la que registra el PRI, su competidor más fuerte. Ningún otro partido figura por encima del 10%.

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He ahí, tal vez, la clave trágica para entender su candidatura. Bien a bien, no hay quien lo desafíe. Postule a quien postule lo más probable es que Morena gane de todas maneras, pero Salgado Macedonio fue quien se alzó con el triunfo en la encuesta interna del partido. Es ofensivo, es inaceptable, pero ir con él es lo más cercano a ir a la segura. En un entorno donde los argumentos pesan ya tan poco, donde la polarización ha derribado cualquier límite de civilidad y mínima decencia, parece que los testimonios y las acusaciones en su contra no le hicieran mayor merma. Es como si no hubiera riesgo, no hubiera costo, no hubiera daño. El escándalo ha hecho mucho ruido, pero nada indica que esté logrando alterar las condiciones de la contienda. Esto es la política mexicana hoy en día: este desfondamiento, esta inmundicia.

En suma, Salgado Macedonio es el tipo de aberración que ocurre cuando un sistema de partidos deja de funcionar. Cuando todavía hay democracia, porque el pueblo elige, mas no hay competencia, porque no hay alternativas. Cuando solo hay un partido con posibilidades reales y, por lo mismo, puede darse el lujo de postular a un impresentable. Porque quiere, porque puede y porque, sea como sea, es probable que vaya a ganar.

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Nota del editor:

Las opiniones de este artículo son responsabilidad única del autor.

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