Desde que en 2014 se aprobó la reforma electoral que permitió la reelección inmediata de legisladores federales hasta por 12 años ininterrumpidos hubimos quienes advertimos la posibilidad de que los ciudadanos y la profesionalización de los legisladores quedarían en segundo término, pues la ley dejaba en los partidos la facultad de conceder una nueva candidatura a sus diputados en funciones.
Esta expectativa se convirtió en realidad la madrugada del pasado 4 de abril, cuando el Consejo General del INE aprobó la lista de candidaturas a diputaciones federales para el proceso electoral 2021. De los 473 congresistas que desde finales de 2020 presentaron ante la Mesa Directiva de la Cámara su carta de intención para ser reelectos, los liderazgos partidistas únicamente avalaron 255 candidaturas (54%). Es decir, los líderes de los partidos bloquearon el acceso a la boleta de casi la mitad de los legisladores que buscaban mantener su posición en el Congreso.