Entre el 3 y el 9 de marzo, un total de 52 diputadas y diputados federales presentaron a la presidencia de la Mesa Directiva sus respectivas solicitudes de licencia para dejar sus cargos temporalmente.
De estas 52 solicitudes, habrá que descartar la del diputado Eulalio Juan Ríos Fararoni (Morena) y la diputada Madeleine Bonnafoux Alcaraz (PAN), pues a pesar de que hicieron su petición formal el día 3 de marzo, se reincorporaron a sus curules en los días posteriores.
La separación temporal del cargo es un derecho constitucional de los legisladores previsto en el artículo 62 de la Carta Magna, así como en el Reglamento Interior de la Cámara de Diputados. Esta solicitud se debe hacer ante la Mesa Directiva y debe ser posteriormente avalada por la mitad más uno de los diputados presentes en la sesión.
Si bien la figura de la diputación suplente fue pensada originalmente para casos extraordinarios, es ya una costumbre, fuertemente arraigada en nuestra Cámara, que los políticos que buscan darle continuidad a su carrera les encargan su changarro parlamentario a los suplentes para probar suerte en otros cargos cuando inician los procesos electorales.
Vale la pena decir que este fenómeno no se debe únicamente a una naturaleza ambiciosa de los políticos, sino que es también producto de un calendario electoral que empata ciclos. Mientras la Legislatura está en funciones, se están llevando a cabo de manera simultánea campañas electorales para cargos locales y a veces también federales.
El hecho de que esta sea la primera Legislatura que permitirá la reelección inmediata de sus integrantes nos haría pensar que este fenómeno se mitigaría. Sin embargo, a pesar de que más del 80% de los diputados federales presentó su carta de intención para reelegirse, el número de legisladores que dejarán encargada su curul no es menor que en legislaturas intermedias anteriores. Llama sobre todo la atención que, aun sin que sea requisito dejar su cargo, 39 de los 50 diputados que solicitaron permiso temporal (78%) presentaron también su carta de intención de reelección.
Pero lo que más preocupa de todo esto no es los que se van, sino los que se quedan. De los 50 diputados suplentes que estarán legislando en los próximos días, únicamente 16 (32%) tienen algún tipo de experiencia política útil para el encargo que se les está dejando. Recordemos además que, en los meses de mayo y abril del último año de las legislaturas, es cuando históricamente más dictámenes se someten a votación del pleno. Para decirlo de manera clara: en los siguientes meses tendremos a una gran cantidad de diputados suplentes que estarán votando asuntos sin tener idea de lo que es el trabajo parlamentario.
Por ejemplo, la suplente de la diputada Keila Abigail Ku Escalante (MC) es ‘la Güerita’ Sánchez, campeona mundial de boxeo, cuyo nombre está en el Paseo de las Estrellas de la Ciudad de México, pero sin ningún tipo de experiencia en la administración pública local, federal, municipal, partidista, en sociedad civil o parlamentaria.
Al buscar los perfiles oficiales de estos 50 suplentes, notamos también que 12 (24%) no tienen ningún tipo de información publicada. Vamos, ni su fotografía subieron los interfectos. Esto sugeriría dos escenarios: a) que no tienen mucho para presumir en su documento de vida, o bien, b) que no se tomaron ni la molestia de mandar su información personal a la Cámara.
Ahora bien, también hay quienes sí cuentan con experiencia valiosa para legislar. Estos son un total de 16, los cuales conforman el 32% de los suplentes que han tomado protesta en días recientes. Por ejemplo, Edmundo Martínez Zaleta, quien es suplente del diputado Héctor Yunes Landa (PRI), ha militado y tenido cargos dentro del partido desde 1972, ha ocupado oficinas en Segob, Pemex y el Estado de México, y ha sido diputado federal en dos ocasiones.
Otro caso es el del diputado Héctor de Jesús Jiménez y Meneses (Morena), cuyo suplente es Julián Peña Hidalgo. Este último fue presidente municipal de Tepexco, en Puebla, y se desempeñó como diputado local en el mismo estado, además de ser maestro en Derecho Constitucional.
Al final, se puede decir que los ritmos de la democracia no son del todo benéficos para garantizar que los diputados por los que votamos cada tres años se queden en su curul y terminen con su encargo representativo hasta el final, como se esperaría en cualquier trabajo. Pero tampoco ayuda el tipo de perfiles que se eligen como suplentes, pues no solo carecen en su mayoría de experiencia política o legislativa valiosa, sino que no tendrán tiempo para aprender mucho sobre cómo funciona la Cámara en estos escasos dos meses que le quedan a la Legislatura.
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Nota: Sergio A. Bárcena es doctor en Ciencia Política por la UNAM. Especialista en Poder Legislativo. Investigador del Tec de Monterrey y director de la asociación Buró Parlamentario.
Buró Parlamentario es una asociación civil que busca vigilar al Poder Legislativo promoviendo una ciudadanía informada, activa y participativa.
Twitter: @BuroParlamento
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