Otro ejemplo es la reforma que está por materializarse para obstaculizar la figura de subcontratación. Se trata de un nuevo entramado legal que va contra cualquier lógica económica, y que significa ir a contracorriente del resto del mundo.
El presidente, de manera insistente, trivializa este asunto diciendo que las empresas abusaron y quitaron derechos a los trabajadores, que él regresará. Quienes se oponen siguen en discursos económicos que no resuenan en la gente.
Uno de los peores temas que ha trivializado el presidente es el movimiento feminista, y la lucha urgente para combatir la violencia contra las mujeres en todas sus formas.
A pesar de los crecientes números de feminicidios, de los datos de discriminación económica y laboral a las mujeres, del claro entorno de violencia intrafamiliar y social en aumento que aqueja a las mujeres, el presidente insiste en decir que es un movimiento neoliberal en su contra.
No conforme con desestimar la realidad que sufren las mujeres, un segmento que le dio muchos votos en 2018, ahora se encapricha nombrando a uno de los políticos más cuestionados de México como candidato a la gubernatura de Guerrero.
La resistencia contra este nombramiento ha hecho hasta lo imposible por hacerse oír, pero el presidente ha hecho hasta lo imposible por hacer oídos sordos, repitiendo una y otra vez que solo son acciones en su contra, que son los malos azuzando a las mujeres.