Entre quienes estuvieron en contra, un importante número de participaciones se manifestó diciendo que el muro instalado en Palacio Nacional es un ejemplo de que el gobierno le da la espalda a las mujeres en su día. Otro grupo, quizás el que ha tenido mayor presencia en la discusión desde hace algunas semanas, señala a AMLO por apoyar a Félix Salgado, a pesar de tener acusaciones de abuso sexual.
Por su parte, la minoría que defendió al gobierno consideró que la marcha fue un acto de vandalismo por las afectaciones que ocasionaron a los monumentos nacionales. Adicionalmente, aprobaron que se levantara un muro en el Palacio Nacional, ya que consideran que era necesario para proteger de “supuestas golpistas” de la oposición.
La polarización es grave. La violencia verbal e incluso física crece, con el riesgo a que se convierta en algo mucho más grave. Ante esta situación, es indispensable construir un nuevo espacio de diálogo, identificar una alternativa que nos permita reconducir la confrontación imperante, armar un nuevo ecosistema de políticas públicas que nos ayude a encontrar soluciones de fondo, alcanzar una verdadera igualdad de género y sin violencia contra las mujeres.
Por esta razón, es necesario revisar planteamientos como “la economía del cuidado”. Esta propuesta entiende que la producción de bienes y servicios –en su mayoría no remunerados–, al garantizar el bienestar de otros, es fundamental para que se desarrollen la mayoría de actividades en una sociedad. De esta forma el autocuidado, cuidado de personas y cuidado del territorio se convierten en la base fundamental para el desarrollo del resto de las actividades de la economía. Lo relevante es que, en su mayoría, estas actividades están a cargo de las mujeres.