¿Te acuerdas de esto?:
“¡Kiubole, Kamel!”. Se escuchaba decir al entonces gobernador de Puebla, Mario Marín, mientras sostenía una llamada con el empresario Kamel Nacif.
“Mi góber precioso”, respondía el adinerado libanés.
“Mi héroe, chingao”, sostenía el gobernador.
“No, tú eres el héroe de esta película, papá”, sostenía Nacif,
Entonces fue cuando Marín explicó con lujo de detalles lo que sucedía: “Pues ya ayer le acabé de darle un pinche coscorrón a esta vieja cabrona. Le dije que aquí en Puebla se respeta la ley y no hay impunidad y quien comete un delito se llama delincuente. Y que no se quiera hacer la víctima y no quiera estar aprovechando para hacerse publicidad. Ya le mandé un mensaje a ver cómo nos contesta. Pero es que nos ha estado jode y jode, así que se lleve su coscorrón y que aprendan otros y otras”.
La felicidad de Kamel Nacif era evidente: “Ya sé, y es que estos cabrones siguen sacando mamada y mamada. Pero yo hice una declaración. Fui a la televisión…”.