Fue la primera mujer en obtener el Premio Nacional de Periodismo en 1978 y treinta años después, se convirtió en la primera mexicana nominada al Premio Príncipe de Asturias de las Letras, en noviembre de 2013. En 2014, recibió la Medalla Bellas Artes, máxima condecoración que otorga el Instituto Nacional de Bellas Artes.
Elena “a menudo ha puesto su pluma al servicio de las causas más justas”, es decir, ha acompañado al presidente en sus campañas y siempre se ha desenvuelto en los círculos intelectuales de izquierda y bueno, ahora intelectuales orgánicos.
Enhorabuena que la escritora ya dejó esos días donde en prime time, es decir, en “la mañanera”, agradecía en 10 de mayo a su mamá en el cielo porque “México ya está cambiando…()…y porque somos muy felices”.
Seguramente en esta época de cuarentena y encierro, la escritora ha tenido tiempo de releer su obra de teatro llamada “Melés y Teleo”, que era una burla y crítica de los intelectuales orgánicos y su costumbre de “te leo si me lees”.
¡Recordar es volver a vivir! Y cómo olvidar cuando junto a su incondicional “Monsi” andaban del brazo y carcajada suelta con el expresidente Carlos Salinas de Gortari.
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