La secretaria de Gobernación ha permitido alrededor de seis preguntas por conferencia, y, además de ser el dedazo el método para elegir a quién le dará la palabra, se ha dejado llevar por el color de la chamarra o del chaleco de quienes levantan la mano.
En repetidas ocasiones Sánchez Cordero opta por no responder claramente o muestra que no tiene información precisa de lo que se le pregunta como cuando le pidieron detalles sobre el paradero del presidente, quien se recupera en Palacio Nacional, o cuando se le pidió una reacción al reporte del Inegi respecto a que el COVID-19 ha generado 45% de muertes más a las reportadas por la Secretaría de Salud, ella le dio la palabra a la secretaria de Seguridad, Rosa Icela Rodríguez, para que respondiera.
Si bien en algunos días festivos o de duelo nacional a causa del COVID-19, el mandatario no tuvo o fueron limitados sus actos públicos, la de enero es una ausencia evidente y perceptible.
No solo no se le ve y escucha por 120 minutos al día, tampoco hay videos informando sobre la recuperación económica, viéndolo sembrar árboles, acompañando a su esposa a leer algún cuento, o felicitando a Manuel García por sus 124 años.
En su último evento público, López Obrador aseguró que México ya está saliendo del oscuro túnel que ha representado la pandemia de coronavirus y que en México había generado tanto dolor con pérdidas humanas, por lo que calificó a la vacuna como la "lucecita de esperanza". Fue justo ese domingo, de acuerdo con la Presidencia de la República, que manifestó los primeros síntomas, por lo que a su llegada a la Ciudad de México se realizó una prueba, la cual estaba planeada para el martes como todas las semanas.
Las noticias sobre su estado de salud también han sido pocas. La secretaria Sánchez Cordero ha asegurado que “se recupera plenamente” que lo ve “fuerte”, “optimista”, que está en “pleno ejercicio de sus funciones”, pero no hay un reporte diario oficial sobre cómo progresa la salud del primer mandatario, lo que incluso propició que circulara la versión de que había visitado el Instituto Nacional de Nutrición, lo cual después fue rechazado por el vocero de la presidencia, Jesús Ramírez.
También estos próximos 29, 30 y 31 de enero serán el primer fin de semana sin una gira a los estados del presidente López Obrador y la causa es el COVID-19, enfermedad de la que decía ayudaba “no mentir, no robar y no traicionar” para evitar contagios.