Ojo, la industria no está pidiendo imposibles, ni desatender las medidas sanitarias ante la pandemia, sino que se les extienda una mano ante lo que vislumbran como el umbral de su extinción: “¡Ya no podemos más!”.
“La gente, los comesales, creen que con el servicio a domicilio salimos, pero NO es cierto, pues solo representa el 10 por ciento de las ventas por lo que las pérdidas ascienden al 90 por ciento, ¿quién puede sobrevivir así?”, enfatiza.
Roberto –quien asegura que cocinar es servir y que su mejor instrumento es un cuchillo bien afilado, es socio fundador del grupo Operadora Bajo de la Tintorera, que tiene marcas como Puntarena, Primos, Porco Rosso y Café Torino– me explica que postergar esto llevará al cierre definitivo de miles de negocios que se sumarán a los 13 mil 500 establecimientos que han tan tenido que bajar sus cortinas.
¡Así de grave, como lo están leyendo!
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Durante una entrevista para esta columna, Craig trasluce la desesperación que me han compartido, como él, otros restauranteros, meseros, galopinas, bartenders, etc... Y es que, ante un incierto panorama y al vislumbrar que no hay cancha pareja para trabajar, pues hubo un “cierre selectivo”, el cual afecta únicamente a la industria formal.
“Nos hicieron invertir en medidas de higiene, seguridad, aforo, y ahora nos tienen sentados en la banca, viendo como la situación se sigue propagando en las calles”, condena, y... ¡con toda razón!.