La Cámara Nacional de la Industria de Restaurantes y Alimentos Condimentados (Canirac) ya ha alertado que la industria restaurantera en el país, especialmente en la Zona Metropolitana del Valle de México podría estar en en riesgo de desaparecer ante las nuevas restricciones emitidas por la segunda ola de contagios de COVID-19.
El organismo empresarial estima que el regreso al semáforo rojo en la capital y en el Estado de México provocará pérdidas de hasta 120 millones de pesos por concepto de renta y pondrá en riesgo hasta 450,000 empleos formales generados por este sector.
El pasado lunes, en conferencia de prensa virtual, el presidente del organismo en el Estado de México, Mauricio Massaud, expuso que el cierre de actividades no esenciales que se efectuó en diciembre pasado provocó pérdidas por 35,000 millones de pesos, así como 100,000 empleos directos del sector restaurantero.
La Canirac detalló que en los poco más de 10 meses de pandemia, 90,000 restaurantes han cerrado en todo el país, de los cuales 13,500 se encontraban en la zona metropolitana.
El organismo puntualizó que el 75% de los restaurantes que se mantienen abiertos no vende ni la mitad de lo que percibía en 2019. Por ello, la industria, además de confiar en que las actividades reabran el 10 de enero, como estaba previsto, urgen el apoyo de los gobiernos locales y federal.
"Entendemos la necesidad de unirnos ante el COVID-19, por lo que pedimos: declaratoria sanitaria para llegar a acuerdos con arrendadores, proveedores y empleados; apoyos fiscales; garantizar el cumplimiento del semáforo rojo", señaló.
La Canirac ha sido uno de los organismos industriales que más llamados hace a la población para atender las medidas sanitarias, además de asumir estrictos protocolos de higiene aún cuando, refiere, la mayor fuente de contagios es en reuniones familiares, no en establecimientos públicos.
Según una encuesta realizada por el propio organismo, el 51% de la industria consideraba que podía resistir cerrada por dos semanas; hoy solo es el 28%.