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#ColumnaInvitada | Desprecio por la vida

Sólo cuando alguien no tiene consciencia de las consecuencias de su hacer es que se puede entender que esa persona decide actuar de determinada manera.
mar 15 diciembre 2020 11:00 AM
Persona fallecida por COVID-19
México se perfila para superar los 120 mil decesos por COVID para finales de diciembre del 2020.

Pensé mucho sobre si el título de este artículo era el correcto. Suena extremo, pero siendo consecuente con los datos duros es más que oportuno y apropiado. Y para ser claro me refiero a lo que ha dejado ver el Presidente a través de sus distintas acciones y decisiones de gobierno. Solamente ubicando su absoluto desprecio por la vida es que se pueden entender las determinaciones en contra del país.

Es solamente cuando alguien no tiene consciencia de las consecuencias de su hacer que se puede entender como es que decide actuar de esa manera. De otra suerte no sería posible que a sabiendas del daño provocado tomara tantas malas decisiones. Así parece que sí hay alguien que se despierta cada mañana pensando como joder al país (hasta en esto se equivocó EPN).

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Veamos distintos rubros en los que lamentablemente se acredita que quien ocupa Palacio Nacional no tiene un proyecto de bien, sino uno en el que en su torcida polarización, autoritarismo y arbitrariedad, todo se vale en sus caprichos aunque eso signifique pérdida de calidad de vida, y descansando en "otros datos" que solamente muestran su gran despecho y un infinito vicio ético en su proceder.

Muertos de Covid-19: quizá la parte más contundente de lo que aquí criticamos lo constituye la terrible cifra de muertos de la pandemia que se pudieron haber evitado. A pesar de que el Presidente sabe lo importante que es dar el ejemplo y lo que pudo haber ayudado decretando el uso masivo y obligatorio del cubrebocas, ha preferido ser arrogante y no usarlo. Pero además ha cedido el manejo sanitario a un merolico desalmado (de su mismo talante autoritario) que ha desoído las recomendaciones de las autoridades sanitarias mundiales, y lo sostiene porque es un zalamero que le vendió la historia de la "fuerza moral" y así alimenta el infinito ego del Presidente. Esto no consuela a los más de 250,000 hogares enlutados.

Destrucción de empleos: el abandono de la economía nacional a su suerte en medio de la crisis económica más importante de los últimos 100 años es también una muestra clara de que al Presidente no le importa lo que le pase a la población. Tan lo desprecia que el resultado neto es que en tan solo dos años se sumaron 12 millones de personas a las filas de la pobreza.

Derroche de recursos: ante las enormes necesidades de amplios sectores de la población, el Presidente no ha corregido uso presupuestal, y en su lugar ha optado por seguir apoyando obras faraónicas (Santa Lucía, Dos Bocas y Tren Maya). A sabiendas de poder rescatar vidas, incluyendo el personal médico que es el que más muere en la comparativa mundial, primero que mueran otros antes que sus caprichos materiales (por cierto sin viabilidad técnica, económica, operativa o lógica). Destaca el abandono a su suerte incluso a niños y mujeres a quienes se les restringe los mínimos apoyos sin los cuales vemos cómo mueren de cáncer los primeros y por feminicidios las segundas.

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Ataque ambiental: las decisiones que se han tomado en varios frentes por el gobierno de la 4T en ataque directo al medio ambiente se traducen en muertes hoy, y en muchas más en el futuro. Destrozar manglares, talar selvas tropicales, erradicar fuentes de energías renovables, y promover el uso de carbón y combustóleo, son causantes directos de decesos. No hay empatía alguna con el presente y el futuro sustentable. Que las generaciones actuales y futuras mueran.

Militarización y violencia: estamos en la peor racha de homicidios dolosos con 2020 ya rebasando el número de muertos del récord histórico de 2019. La respuesta del Presidente es que con abrazos y no balazos se iba a resolver la inseguridad, destrozando las capacidades de las autoridades civiles y apostando al uso de las fuerzas armadas. En el fondo esto implica el uso masivo de la violencia como fórmula de abusos y socavar libertades. Por ello la cifra de mortandad seguirá creciendo inundando nuestros cementerios y generando desolación en la vida diaria.

Austericidio e ineptitud: si las políticas públicas suponen la toma de decisiones y el uso de recursos para lograr buenos resultados, cuando para tales puestos se opta por estrangular capacidades con austericidio, y además escoger a incondicionales aunque no gocen de capacidad para el puesto, en el fondo se abona a la frustración de los objetivos. Como no le importa la vida de los demás sino solamente su visión obtusa de fines políticos, se elimina el sustento de miles de familias vapuleadas por la ineficiencia gubernamental. Además se erradica la confianza en el país, logrando vaciar proyectos de inversión y crecimiento, erradicando así empleos bien pagados.

Rompimiento de democracia: quien tanto luchó por llegar al poder y que finalmente lo pudo hacer por la vía democrática en 2018, ahora busca cerrar candados y evitar que dicho sistema funcione para permitir el voto libre. A base del uso clientelar de recursos, minar a las autoridades electorales, polarizar a la población, y en general asfixiar los espacios de libertades, lo que se compromete es la calidad y la vida misma de los ciudadanos. La muerte de la vida democrática no es importante para el Presidente quien ya ha dicho que quiere que sus cambios sean irreversibles.

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Abuso del poder: al final del día es claro que al Presidente lo único que le interesa es que él sea el eje en torno al cual gire toda la vida nacional. Nada de división de poderes, nada de entidades federativas libres, nada de Estado de Derecho, y por supuesto nada de disidencia. La acumulación de poder es ya tan amplia que el funcionamiento y gestión gubernamental es tan obsoleto e ineficaz que genera directamente muerte y desolación como incapacidad de administrar medicamentos, proteger personal de salud, auxiliar a campesinos, o dar sustento a quienes han perdido el trabajo (incluyendo miles y miles de burócratas que fueron corridos).

Y podríamos seguirle, pero el recuento es doloroso, aún para los que no votamos por él, porque en algún momento albergamos la esperanza de que se harían bien las cosas.

Soñar no cuesta, pero recordemos que el país no se puede mover alrededor de una persona y que en la democracia así como llegan con el voto, también se van con la determinación del electorado. Así sucederá el 6 de junio de 2021 en que en cada localidad los ciudadanos determinaremos a quienes depositar la confianza y a quienes se les revoca la misma. La unión hace la fuerza y a eso le hemos apostado en Sí Por México, justamente para detener la devastación evidente del país por quien nos demuestra todos los días ser alguien que simple y sencillamente desprecia la vida, las libertades y los derechos de todos los habitantes de este país.

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Notas del editor: Juan Francisco Torres Landa es Miembro Directivo de UNE.

Las opiniones de este artículo son responsabilidad única del autor.

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