Segundo, la legislación con integración vertical afectara al campo mexicano. Si no hubiera integración vertical, las grandes compañías que se encargaran de la venta de marihuana tendrían que comprarle la planta a productores agrícolas o comunidades indígenas. Así, se crearía una cadena de valor que apoyaría a las personas que hoy se dedican al campo.
La integración vertical permitirá que una misma compañía haga todo, desplazando a los campesinos y capturando todo el valor para la gran industria. Nuestros campesinos podrían vender un cultivo que les genere buen dinero. En cambio, se quedarán como siempre, solo con control de los cultivos de bajo valor.
Tercero, la legislación actual incluye una regulación excesiva para los productores pequeños lo que los sacará de la jugada. Es decir, les será imposible cumplir con la regulación y mantener utilidad positiva.
Así, nuevamente quienes ganen serán las grandes empresas que puedan pagar los costos de cumplir con la legislación, y aun así ser productivos.