Es en torno a dicha cita que se deben cerrar filas y lograr el entendimiento amplio de grandes bases sociales, organizaciones y ciudadanos en general. Y ese acuerdo se debe asumir como propio por los partidos políticos que decidan ser afines a tales objetivos y lograr el impacto necesario en el devenir del país. Sumemos a dicha actividad la presencia de múltiples candidaturas ciudadanas en las siglas de los partidos participantes y entonces el ejercicio cobrará potencia, credibilidad y eficacia. Los partidos políticos sabrán como hacer trabajo para ser perdonados por los excesos del pasado y a la vez ser los vehículos para que la ciudadanía sepa como enarbolar una oferta tangible, congruente, competitiva y emotiva.
De esta manera, ahora lo que toca es que todos los ciudadanos que queremos ese país distinto que hoy no existe ni se va a lograr con el dispendio y desatino del actual gobierno federal, nos sumemos y dirijamos a lograr las condiciones deseadas para el futuro del país. De esta manera, ahora le toca a toda la ciudadanía preguntarnos: "¿y yo por qué?". Y, a diferencia de los antecesores, contestar con contundencia: porque vale la pena luchar democrática y legalmente por hacer que sea una realidad el tener un país diferente e incluyente, algo que no ha sucedido pero que es posible.
No dudemos ni un segundo y demos confianza para contagiar el entusiasmo. Nos toca actuar y el momento es ahora. Como dijo John F. Kennedy, pregunten no lo que el país puede hacer por nosotros, sino lo que nosotros podemos hacer por el país. Nunca fue más importante dicha reflexión. Por ello nos toca actuar y no faltar a esta cita democrática y ciudadana que nada ni nadie debe perturbar o empañar. Y entonces entenderemos claramente que lo que hagamos cada uno de nosotros es la gran parte del porqué estamos obligados a actuar.
Nunca más ausentes, pasando por romper apatías y seguramente eliminar la nociva abstención que es el gran problema de elecciones, sobre todo las intermedias. El tema central es que en 2021 está en juego la definición del país que se quiere y si se opta por otra alternativa distinta para tener una señal clara de que la ciudadanía quiere libertades, seriedad, contrapesos, seguridad y justicia, y se deje atrás el autoritarismo, opacidad, ilegalidad y abusos que hoy se ven en forma diaria y permanente.
El destino está en nuestras manos. ¡No hay tiempo que perder!
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Notas del editor: Juan Francisco Torres Landa es Miembro Directivo de UNE.
Las opiniones de este artículo son responsabilidad única del autor.