Emilio Lozoya confesó cómo operaba la robadera y embarró en la trama a Salinas, Calderón, Peña Nieto, Videgaray, Anaya, Meade y los que se acumulen.
Se filtró la denuncia y hasta supimos que Javier Duarte, Javidú, hoy preso, le regaló a Peña un Ferrari que fue del expresidente López Mateos.
La denuncia, dijo López Obrador, está mejor que una serie de Netflix. Pero no la acabó de leer para evitar pesadillas.
Más que pesadillas, López Obrador está concretando su más anhelado sueño: ver a todos sus adversarios, a la mafia del poder que tanto atizó durante 20 años, por primera vez, formaditos en la línea de fusilamiento político.
Mejor, que el pueblo bueno se convierta en el verdugo por la vía de una ganso-consulta. Total, el que nada debe, nada teme…
En el fondo, estamos viendo el primer videoescándalo en la 4T. Como aquel de los tiempos de Fox.
Pero cuidado. Lozoya podría ser el Bejarano versión 2020 porque aquel video de las ligas y el dinero, filtrado para pegarle al líder opositor, solo sirvió para fortalecerlo y, hoy, es presidente de México.
No vaya a ser que se le voltee el chirrión por el palito.
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Nota del editor: Las opiniones expresadas en el presente video solo representan a quien las expresa.