La videovigilancia ya no se limita al ojo del gobierno, se ha vuelto una estrategia compartida de un ecosistema en el cual ciudadanía, sector privado e instituciones públicas convergen para prevenir riesgos, atender emergencias y reducir el margen de impunidad.
#ColumnaInvitada | ANTAD. Voluntad de compartir
La voluntad de compartir, articular esfuerzos en favor del bien común es oportunidad para un nuevo modelo de corresponsabilidad social.
@guerrerochipres
Publicidad
En ese contexto, la alianza entre la Asociación Nacional de Tiendas de Autoservicio y Departamentales (ANTAD) y el Centro de Comando, Control, Cómputo, Comunicaciones y Contacto Ciudadano (C5) de la Ciudad de México es una muestra de voluntad empresarial con potencial para redefinir la manera como entendemos la colaboración público-privada en seguridad.
Lo que parecía ser una red diseñada para controlar inventarios, evitar mermas y disuadir robos internos, ahora puede ser también un instrumento para monitorear entornos, anticipar delitos y facilitar la respuesta en situaciones de riesgo. Se trata de sumar inteligencia distribuida y responsabilidad compartida.
¿No hubo una época en la cual se proponía mayor participación del sector privado? Esta lo es para el robustecimiento de la videovigilancia y la ANTAD, en la disposición de su presidente Diego Cosío Barto, lo entiende.
Esta colaboración con el C5 implica compartir datos en tiempo real, establecer protocolos de comunicación, capacitar personal y sobre todo construir confianza entre actores históricamente distantes en cuanto a estrategias de seguridad, particularmente las relacionadas con tecnología.
Ante la lógica de la socialización de la comunidad participativa en la construcción de entornos seguros, los fenómenos meteorológicos extremos y la digitalización de la vida cotidiana, esa distancia se diluye. La alianza entre la ANTAD y el C5 representa una evolución hacia un modelo mixto de videovigilancia.
La realidad urbana lo exige. Por ejemplo, las lluvias de los días recientes exponen la importancia de observar oportunamente afectaciones como encharcamientos con riesgo de transformarse en inundaciones o caídas de árboles.
En el C5, la atención en esos casos comienza con el reporte al 9-1-1, el cual es canalizado a la dependencia correspondiente que se apoya en las imágenes de algunas de las 83,414 cámaras distribuidas en toda la Ciudad. Esa capacidad de observación se multiplicará con la adhesión de los equipos de los 5,000 establecimientos afiliados a la ANTAD en la capital nacional.
El 16.5% de los reportes relacionados con las lluvias es por caída de árboles, 15.3 por caída de cables, 6.9 por inundaciones y 6.7 por encharcamiento.
Publicidad
Las cámaras de establecimientos comerciales ampliarán la oportunidad de detectar anegaciones, coordinar cierres viales, dirigir cuadrillas de auxilio y evitar que un imprevisto meteorológico escale.
La voluntad de compartir, articular esfuerzos en favor del bien común es oportunidad para un nuevo modelo de corresponsabilidad social.
_____
Nota del editor: Salvador Guerrero Chiprés es Coordinador General del Centro de Comando, Control, Cómputo, Comunicaciones y Contacto Ciudadano de la Ciudad de México (C5). Síguelo en X como @guerrerochipres Las opiniones publicadas en esta columna corresponden exclusivamente al autor.
Publicidad
Recomendaciones
Más acerca del autor:
Newsletter
Publicidad