Dicho de otra manera:
- Las aparentes bajas en el número mensual de homicidios dependen del hecho que un mes tenga menos días que otro, no de una disminución de la violencia.
- Los únicos dos meses -no consecutivos- donde baja el homicidio es entre enero y febrero y luego entre abril y mayo.
- Los descensos con tan pequeños que no se deben considerar como una evidencia que las cosas estén mejorando.
- En contraste, marzo 2020 es el segundo mes más violento de la historia del país.
Si bien es entendible que una autoridad intente convencer de que está logrando resultados en su trabajo, es lamentable que lo haga con desinformación en el peor momento en materia de seguridad y justicia de la historia y, más preocupante aún, que tome decisiones sobre la base de información sesgada.
2019 fue un año desastroso –el peor año de la historia de nuestro país en homicidio doloso, feminicidio, lesiones dolosas, narcomenudeo, trata de personas, robo a negocio y violencia familiar; el segundo peor en extorsión, tercero peor en violación; quinto peor en secuestro y robo con violencia; octavo peor en robo a transeúnte; se sumaron 9,000 víctimas a la estadística de desaparecidos y creció la impunidad-, con los errores de esta administración 2020 se perfila para rebasarlo.
Urge que el gobierno federal deje de autocelebrar resultados que no existen; que trabaje en favor de los mexicanos con todos los gobiernos locales, independientemente de filiaciones políticas; sea serio en materia de gasto en seguridad, deje de recortar dinero sin criterio y garantice una inversión 300% mayor a lo que invierte hasta el momento y genere una estrategia clara con indicadores de impacto y resultado para poder medir los eventuales avances.