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#ColumnaInvitada | Se cae el escenario teatral de la 4T

A pesar de la parafernalia de aparente cambio del actual gobierno de López Obrador, los cambios no han significado sino mentiras, pero ya vienen las elecciones del 2021.
mar 14 julio 2020 06:20 AM
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Las conferencias del presidente distraen de los temas relevantes, afirma el columnista.

Hace algunos años me enteré del caso de un mexicano que fue a hacer estudios de licenciatura a una afamada escuela en Europa y habiendo llegado se enteró de que estaba en curso el proceso para elegir el Presidente de la sociedad de alumnos respectiva. Contra todos los pronósticos y a pesar de haber recién desempacado el compatriota ganó la elección y se convirtió en el flamante mandatario estudiantil.

Leyendo un poco más de su caso me interesó una entrevista que le hicieron y con gran sorpresa me entero de que su proeza electoral se sustentó en la siguiente estrategia: aceptó cumplir con absolutamente todas las demandas que los distintos grupos estudiantiles le presentaron, a sabiendas de que muchas de ellas eran contradictorias, una buena parte imposibles de ejecutar, y en casi todos los casos sin que el candidato siquiera entendiera las implicaciones de lo que le estaban solicitando y cómo llevarlas a cabo.

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La deshonestidad intelectual y ética con la que se condujo el Presidente electo de la sociedad de alumnos de la escuela europea, por lo menos se equilibró en que ya en funciones hizo un esfuerzo por ver de todo lo ofrecido qué temas eran realmente importantes, cuáles se podían implementar más rápidamente y, en general, velar por un sano proceso en que el análisis costo/beneficio se hiciera cuidadosamente.

Digo todo lo anterior porque me parece que en su origen la campaña del estudiante guarda bastante similitud con lo que hizo AMLO y su 4T –prometieron todo lo que se les pidió para arrebatar de la población una sensación de empoderamiento y posible logro de una nueva realidad. Con ese estandarte de combate a la corrupción, impunidad, inseguridad e inequidades obtuvieron la victoria democrática de 2018.

Donde viene la diferencia abismal con el estudiante en la escuela europea es que acá AMLO y la 4T no han hecho reflexión alguna, sino más bien han sacado una agenda paralela y oculta que revela una estrategia perversa de destrucción y desolación (como lo explicamos en anteriores entregas ). Baste resaltar que en medio de una pandemia que ya implica el deceso de más de 35,000 mexicanos y una crisis económica como no habíamos tenido en 80 años, AMLO se atreva a decir que la situación nos vino como "anillo al dedo" (vaya desfachatez y ligereza).

Pero dicen que no hay mal que por bien no venga. El tema es que a pesar de la parafernalia de aparente cambio y de atención a los problemas del país que no ha significado sino simplemente una secuela de mentiras, despliegues mediáticos, abusos de tiempos en ejercicios mañaneros inútiles, y otras formas de provocar división entre los mexicanos, destrucción de instituciones y contrapesos. A cambio no hay resultados, vaya ni siquiera indicios de alguna mejora en rubro alguno.

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Han recurrido a un ejercicio obsceno de simulaciones como las siguientes:

1. Residencia Oficial: para mandar un mensaje de aparente austeridad resulta que el Presidente deja el complejo de Los Pinos y se va a vivir a un Palacio. Eso no tiene nada de austero, pero el sacrificio que se hizo (y que nos cuesta todos los días) es que en lugar de tener un lugar donde haya centros de mando, cuartos de crisis, salas de juntas, posibilidad de transporte urgente, y en general de atención profesional, se optó por una sede obsoleta e incompleta. Esto ha sido evidente cuando al Presidente se le muestra en su oficina atendiendo alguna emergencia usando solamente un celular para ello.

2. Avión Presidencial: en lugar de que por temas de seguridad, eficiencia y costos se utilizara el avión que ya estaba disponible y siendo pagado por el erario público, se optó por hacer del mismo un símbolo de excesos en sexenios pasados (que evidentemente los hubo). Solamente que en este caso seguimos pagando como país la renta, se mandó almacenar al lugar más caro del mundo (en California), y no se puede vender porque está en arrendamiento, pero sí simular una rifa del no avión. Lo trágico es que con la enorme inseguridad el Presidente insiste simular viajes en aviones comerciales (a pesar de que toda la comitiva sí viaja en aviones oficiales de Fuerzas Armadas como fue obvio en el reciente viaje a Washington) o de plano en convoyes de Suburbans. Y es que al tomar vuelos comerciales se expone él y nos expone a todos. La exigencia es que use el avión presidencial y deje de seguir con argumentos demagógicos. El riesgo es para todo el Estado Mexicano.

3. Encuestas populares: en un ejercicio que además de ilegal es cobarde, han decidido respaldar decisiones netamente ejecutivas y caprichosas como las cancelaciones del aeropuerto de Texcoco y de la planta cervecera en Mexicali en encuestas patito. Lo perverso es que en lugar de adoptar los riesgos y responsabilidades de sus decisiones, deciden embarrar a la ciudadanía y aventar la carga de lo que son temas muy técnicos y que no pueden ser materia de consulta alguna, pero menos si son ilegales, truqueadas, opacas y absurdas.

4. Abrazos, no balazos: como parte de su propaganda de campaña ideada por Epigmenio Ibarra (Goebbels), se dijo que la estrategia de salida de los problemas de violencia en el país estribaba en ofrecer la paz y reducir el uso de la fuerza pública. Esto no solamente es una enorme falacia, sino que encubre algo muy delicado como lo es el que no tengamos claro que el monopolio de la fuerza y violencia debe estar con el Estado y nada más. Eso claramente no es el caso en México y la estrategia solamente ha incitado a que cada vez más se animen las organizaciones delincuenciales a hacer uso de la fuerza bélica y de imponer sus objetivos por la vía de la violencia. Esta inercia tiene a grandes zonas del país sumidas en una ola de enfrentamientos entre organizaciones delincuenciales y de extorsión sistemática. Es la forma más visible de un estado fallido.

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5. Obras faraónicas: en un momento en que el país está viendo como se pierden miles de vidas ante la pandemia y se destruyen las fuentes de trabajo de millones de personas, y que es prioritario fortalecer por ello los servicios públicos de salud y la liquidez del mercado para evitar el colapso de muchas empresas, AMLO le da la espalda a la población y reitera que sus caprichos en Santa Lucía, Dos Bocas y Tren Maya seguirán absorbiendo enormes partidas presupuestales. Que se mueran los mexicanos, sus empleos y sus esperanzas, pero no dejaremos que los sueños guajiros sin sustento económico o sentido común cesen. Llegan ahora incluso al exceso de dilapidar y rematar el acero de la obra de Texcoco, otra decisión más que, como muchas, tendrán que mandarse a revisión a tribunales federales para parar tantas violaciones a nuestra Constitución.

6. Desprecio ambiental: en forma increíble, y a pesar de la enorme evidencia que muestra los riesgos de seguir por esa ruta, la 4T sigue arrasando con los principales sustentos de una economía sustentable en el país. En lugar de reducir la huella de carbono, apuesta al uso de combustóleo y carbón. En lugar de ver hacia el futuro con plantas de generación a base de energía renovable, las proscribe. Y en lugar de proteger zonas de reserva ecológica, decide pasarle un tren que consume diésel para su movimiento. Total, que la devastación es real, pero como hay desprecio por la ciencia y los conocimientos, se puede y debe destrozar todo.

7. Inconsistencias de valores: AMLO se jacta de seguir los designios de próceres de la patria, en concreto Juárez, Madero y Cárdenas. Solamente que en la práctica se ha distanciado intelectual y operativamente de dichos símbolos históricos. La máxima juarista de nadie por encima de la ley y nada fuera de la ley se ha violentado tantas veces que hay al menos una docena de casos hoy en la Suprema Corte de Justicia de la Nación por eventos donde se reclama la anticonstitucionalidad de actuaciones de la 4T. En el caso de Madero se ofende su legado al ver la cantidad de actos arbitrarios, autoritarios y soberbios, incluyendo el ataque reiterado contra el INE (y la propia ciudadanía que es la encargada de la organización de las elecciones) al hablar desde ahora de no reconocer cualquier resultado que le sea adverso a Morena. Y finalmente con Cárdenas puesto que en materia de hacer de Pemex una entidad solvente y de regular la política de drogas, AMLO se ha encargado de inundar de recursos, pero para destruir la viabilidad financiera de la paraestatal, y no han dado paso alguno en el tema de drogas, dejando patente que no quieren tocar el negocio multimillonario que tienen y alimentan las finanzas de la delincuencia organizada.

Y así podríamos seguir con muchos otros rubros en que los que han derrochado recursos en torno a un proyecto que distinto a lo que ofrecieron y no habrá mejora alguna para los sectores más desprotegidos, sino una acumulación exacerbada de poder en una persona, revelando la verdadera intención de romper con la construcción de una tradición democrática incipiente, y que ahora quieren ahogar en el autoritarismo y la intolerancia.

Pero la fiesta se acabó, y el teatro y escenario que montaron para engañar a los millones de mexicanos que depositaron a ciegas su confianza con el que ofreció realmente propiciar un nuevo futuro para el país se cae cada día en todos los escenarios de actuación. No hay un solo rubro de éxito. La desolación económica, sanitaria, de inseguridad, violencia y demás está a punto de hacer ebullición.

Lo bueno es que el ejercicio electoral en menos de un año, el 6 de junio de 2021, es la oportunidad perfecta para que la ciudadanía emita su veredicto y determine si la compañía teatral 4T merece más tiempo en puestos claves a nivel federal (marcadamente la Cámara de Diputados), estatal (15 gubernaturas y congresos estatales en 30 estados), o municipal (en 30 estados donde se eligen autoridades municipales).

La ciudadanía tiene una enorme responsabilidad en estos ya menos de 12 meses por transcurrir. Habremos de generar una cúpula ciudadana que establezca agenda mínima común, y que en base a la misma se haga la convocatoria para que los partidos políticos que así lo elijan se sumen a un esfuerzo de competitividad y de logros para detener la aplanadora oficial y logremos restaurar el juego democrático, los contrapesos, y la gran aspiración de no permitir más engaños y desmoronamiento del país que es nuestra casa y por la cual habremos de salir masivamente a dar nuestro punto de vista y definición del país que queremos.

El tiempo va a correr rápidamente y hay mucho trabajo de por medio. Mientras tanto la contención de daños es importante ante la inverosímil inercia de la 4T que sigue derrumbando todo a su paso. Pero como su equipo de escenografía ya no puede con la realidad imperante, la ciudadanía ha logrado despertar (quizá como nunca antes) y va a demostrar que, contrario a lo que supone AMLO, sí hay un pueblo bueno que no coincide en lo absoluto con su visión parcial, obsoleta, desoladora y antagónica del país. Ya veremos como en el tiempo se disipan las dudas ante la realidad que arrasa con las ilusiones ópticas y distractores montados por la 4T para ocultar su ineptitud y voluntad de dilapidación nacional. La ciudadanía manda. Que no le quede duda alguna. La democracia los trajo, la democracia se los llevará.

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Notas del editor: Juan Francisco Torres Landa es secretario general de México Unido Contra la Delincuencia y socio del despacho Hogan Lovells BSTL.

Las opiniones de este artículo son responsabilidad única del autor.

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