Y así podríamos seguir con muchos otros rubros en que los que han derrochado recursos en torno a un proyecto que distinto a lo que ofrecieron y no habrá mejora alguna para los sectores más desprotegidos, sino una acumulación exacerbada de poder en una persona, revelando la verdadera intención de romper con la construcción de una tradición democrática incipiente, y que ahora quieren ahogar en el autoritarismo y la intolerancia.
Pero la fiesta se acabó, y el teatro y escenario que montaron para engañar a los millones de mexicanos que depositaron a ciegas su confianza con el que ofreció realmente propiciar un nuevo futuro para el país se cae cada día en todos los escenarios de actuación. No hay un solo rubro de éxito. La desolación económica, sanitaria, de inseguridad, violencia y demás está a punto de hacer ebullición.
Lo bueno es que el ejercicio electoral en menos de un año, el 6 de junio de 2021, es la oportunidad perfecta para que la ciudadanía emita su veredicto y determine si la compañía teatral 4T merece más tiempo en puestos claves a nivel federal (marcadamente la Cámara de Diputados), estatal (15 gubernaturas y congresos estatales en 30 estados), o municipal (en 30 estados donde se eligen autoridades municipales).
La ciudadanía tiene una enorme responsabilidad en estos ya menos de 12 meses por transcurrir. Habremos de generar una cúpula ciudadana que establezca agenda mínima común, y que en base a la misma se haga la convocatoria para que los partidos políticos que así lo elijan se sumen a un esfuerzo de competitividad y de logros para detener la aplanadora oficial y logremos restaurar el juego democrático, los contrapesos, y la gran aspiración de no permitir más engaños y desmoronamiento del país que es nuestra casa y por la cual habremos de salir masivamente a dar nuestro punto de vista y definición del país que queremos.
El tiempo va a correr rápidamente y hay mucho trabajo de por medio. Mientras tanto la contención de daños es importante ante la inverosímil inercia de la 4T que sigue derrumbando todo a su paso. Pero como su equipo de escenografía ya no puede con la realidad imperante, la ciudadanía ha logrado despertar (quizá como nunca antes) y va a demostrar que, contrario a lo que supone AMLO, sí hay un pueblo bueno que no coincide en lo absoluto con su visión parcial, obsoleta, desoladora y antagónica del país. Ya veremos como en el tiempo se disipan las dudas ante la realidad que arrasa con las ilusiones ópticas y distractores montados por la 4T para ocultar su ineptitud y voluntad de dilapidación nacional. La ciudadanía manda. Que no le quede duda alguna. La democracia los trajo, la democracia se los llevará.
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Notas del editor: Juan Francisco Torres Landa es secretario general de México Unido Contra la Delincuencia y socio del despacho Hogan Lovells BSTL.
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