4. Diferimiento: Como en otros tiempos que ya se habían presumiblemente superado, este gobierno opta por patear el balón y no entrarle a los temas de fondo que sí requieren atención real e inmediata. Los mejores ejemplos tienen que ver con el increíblemente torpe y criminal manejo de las crisis de salud y económicas actualmente en vigor, mismas que están acabando con las vidas de ya más de 28,000 personas a esta fecha, y en el terreno de trabajo con más de 18 millones de empleos (formales e informales).
5. Desolación: Un gobierno que impulsa el uso masivo de combustibles fósiles, la producción de energía eléctrica a base de carbón y combustóleo, el uso de trenes con diésel, la destrucción de enormes cantidades de selva y reservas ecológicas, la invasión de áreas de recarga acuífera, y en general proyectos con nulo respeto por el medio ambiente, sin mediciones reales del impacto ecológico, y el abandono de la sustentabilidad y la baja de emisiones de carbono como metas del país.
6. Derroche: En forma delicadísima hemos visto como con criterios irracionales se ha optado por usar y abusar del erario público para cumplir caprichos como lo constituyen las cancelaciones del aeropuerto de Texcoco y de la planta cervecera en Mexicali (justificadas en base a encuestas patito), la construcción de proyectos faraónicos sin sustento lógico como lo son Santa Lucía, Dos Bocas y el Tren Maya, lo que incluso ha significado casi ya el agotamiento de los fondos de contingencia para los momentos en que históricamente van a ser más necesarios que nunca.
7. Desorden: Un gobierno eficaz supone la distribución de tareas entre las personas más capaces y adiestradas para lograr la mejor planeación, ejecución, medición y resultados. Pero en un gobierno en que cada mañana se reinventan prioridades, en que las capacidades técnicas importan menos del 10% de la idoneidad de los posibles servidores públicos, y en el cual el gabinete básicamente no existe porque sus tareas son ideológicas y no programáticas, lo que hay es un caos general y una imposibilidad de administrar y gestionar las tareas públicas.
8. División: Una misión clara de la 4T ha sido el dividir el país como método para generar odio, estigmatización, distanciamiento, y en general desconfianza. El ejercicio binario de estar o a favor o en contra del gobierno elimina las bondades del diálogo, suma y construcción. En su lugar se elimina cualquier tipo de cohesión, interacción o conjunción, elementos por cierto que son claves para salir airosos de los retos que la actual pandemia, y que ni así el gobierno opta por hacer lo que racionalmente procede. Nula capacidad de enmendar la plana, y quizá es porque ellos quieren estos resultados y no otros (nuevamente el "anillo al dedo").
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