Ese atrevimiento tiene que ver con una estrategia mal diseñada, caduca y equivocada por parte de las autoridades mexicanas. Desde la pifia ocurrida al liberar al hijo del Chapo Guzmán y la filtración del video del presidente saludando a la madre del capo de Sinaloa se desencadenaron una serie de eventos con tintes de impunidad.
Todos los errores cometidos con las recientes detenciones y luego liberación de la familia del temido narcotraficante José Antonio Yépez Ortiz, alias el “Marro”, líder del cártel de Santa Rosa de Lima; se une la absolución de cargos contra José Armando “N”, alias “el Vaca”, a quien se le atribuye ser el autor intelectual del ataque contra García Harfuch. Primero se le acusó de los delitos de homicidio, tentativa de homicidio y crimen organizado, pero todo resulto en una débil acusación por cohecho.
Algo apesta a impunidad en todas los niveles y por ello los cárteles están enviando mensajes hasta lo más alto del poder. Quieren poner al país de cabeza y ya han dado indicios que no tienen temor de actuar contra el funcionario o gobernante que ellos decidan liquidar.
Lamentablemente nos quedamos esperando y hasta con desesperación, la respuesta de un gobierno que no parece tener claro como dar golpes arteros. A pesar de tener el diagnóstico correcto, no muestra su fuerza y en todo caso, entre menos actua, más débil aparenta ser.
Esta bomba de tiempo no la perdería la 4T, sino todos los mexicanos. Es urgente que cambie la agenda de seguridad por parte del gobierno federal. Es urgente también, que se de un golpe certero contra todas las organizaciones criminales, de no ser así, seguiremos viendo la escalada de ataques y el temor volverá a reinar en las calles de un país hastiado de problemas crecientes.
El secretario de Seguridad de la CDMX sufre atentado
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