1. El principal efecto de impacto en la seguridad post-pandemia es la impunidad delincuencial.
Los grupos del crimen organizado encontraron un área de oportunidad impune en la pandemia y por ello no van a desacelerar sus actividades delincuenciales. Por ello, la Estrategia de Seguridad no requerirá de un estado de fuerza más estricto sino uno proporcional para enfrentar el tamaño del enemigo delincuencial, ello junto con un despliegue estratégico, para que el Estado de Derecho tenga presencia en los lugares donde se incrementó la violencia ante el vacío temporal de poder causado por la cuarentena. La proximidad policial será la primera misión del estado de fuerza para atender las necesidades de la seguridad ciudadana.
La causa principal es el déficit policial que tenemos para enfrentar los delitos del orden común, que si bien será reforzada con la participación complementaria de las Fuerzas Armadas, se han incrementado las tareas de atención para los cuerpos de seguridad en materia de salud y seguridad pública, lo que ha generado un desgaste en los cuerpos policiales de los tres órdenes de gobierno.
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El déficit policial es una tarea incumplida por las entidades locales colapsadas, las cuales no están trabajando lo suficiente para conformar las estructuras institucionales que logren contar con el número necesario de efectivos policiales, ni hay inversión en su adiestramiento o capacitación en materia de seguridad humana. A esta causa se le aúnan otras causas colaterales, como la falta de políticas públicas para disminuir el acoso criminal y los atentados contra policías, la falta de institucionalidad y la precariedad en materia de seguridad social.