El pasado 26 de mayo, a unos días de que concluyera la Jornada Nacional de Sana Distancia, el vocero de Presidencia, Jesús Ramírez Cuevas, presentó la campaña con la que se busca eliminar la violencia en los hogares recomendando contar hasta 10.
Ramírez Cuevas afirmó se trataba de un “método sabio y eficaz” para detener actitudes compulsivas.
Una semana después, la CNDH planteó que la campaña ocultaba la magnitud de la violencia, por lo que exhortó a las autoridades de los diferentes niveles de gobierno a difundir información real de las agresiones contra las mujeres en el contexto de la pandemia por coronavirus.
Colocan a la institución familiar como un espacio seguro y cuyos conflictos se pueden resolver apelando a la calma”.
CNDH
La comisión a cargo de Rosario Piedra Ibarra también planteó que el contenido de la campaña evidencia el desconocimiento de las situaciones de violencia, vejación y maltrato que ocurren en la vida cotidiana de las mujeres, especialmente en sus hogares.
Diversas organizaciones de la sociedad civil han alertado que durante el aislamiento social a causa del COVID-19, la violencia contra las mujeres se ha incrementado e incluso la Red Nacional de Refugios ha advertido que tras el desconfinamiento podría haber un repunte en las agresiones a causa de la crisis económica y desempleo.