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Ser es resistir

No ser heterosexual en México es resistir la discriminación, la violencia, el vituperio, la violación flagrante de los derechos más básicos, expone Viridiana Ríos.
mié 03 julio 2019 06:30 AM

En México ser no-heterosexual es resistir. Resistir la discriminación, la violencia, el vituperio, la violación flagrante de los derechos más básicos. Esto debe terminar por razones éticas, legales y hasta económicas.

Es momento de que Morena refrende con hechos su posición como partido de izquierda y refrende su apoyo a la diversidad sexual. Sólo apoyar la marcha del orgullo LGBT+ no es suficiente. Debemos demandar cambios legales que le den a todo individuo los mismos derechos.

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Hay mucho por hacer. Aún hoy, en 14 entidades federativas está limitado el matrimonio igualitario: Baja California, Durango, Guanajuato, Guerrero, Estado de México, Querétaro, Sinaloa, Sonora, Tabasco, Tamaulipas, Tlaxcala, Veracruz, Yucatán y Zacatecas.

Esto es una violación flagrante al marco legal de nuestro país, y una discriminación que no debe ser aceptada éticamente por gobiernos de izquierda. Lo es porque desde 2015, la Suprema Corte de Justicia de la Nación dictaminó que rechazar el matrimonio entre personas del mismo sexo constituía una violación a la Constitución.

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Además, Morena ha dado pasos importantes al declarar que todo mexicano puede casarse, independientemente de su preferencia sexual en los consulados mexicanos en el extranjero, y al solicitar que el Infonavit otorgue créditos a parejas del mismo sexo.

Sin embargo, el mismo Morena no ha exigido a sus legisladores locales que sean igualitarios. Morena, un partido identificado con la izquierda, gobierna a nivel federal y es la fuerza política más importante en nueve de los estados donde el matrimonio igualitario está todavía prohibido, esto es Durango, Estado de México, Guerrero, Sinaloa, Sonora, Tabasco, Tlaxcala, Veracruz y Zacatecas.

¿La CDMX es un santuario para la Comunidad LGBTTTI?

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Es momento de llamar a cuentas a las legislaturas de estos estados a fin de que pongan término a la simulación legal. Los gobiernos estatales deben implementar acciones que ayuden a que toda persona, independientemente de su identidad de género, su orientación o preferencia sexual, tenga los mismos derechos a vivir, trabajar y relacionarse sin ser discriminado.

Más aún, terminar la discriminación contra la comunidad LGBT+ es importante no sólo por cuestiones de éticas sino económicas. Van algunos datos:

La discriminación en estos estados está generándoles una importante fuga de talento hacia la Ciudad de México, donde la comunidad se siente más aceptada. De acuerdo a la Fundación Arcoíris por el Respeto a la Diversidad Sexual, el 7% de las personas LGBT+ que migraron a la CDMX lo han hecho porque en sus estados se sentían discriminados y ahora sólo regresa para asistir a eventos familiares o visitar a sus amigos.

Esta fuga de talento que genera la discriminación hacia la comunidad LGBT+ es crítica porque sus miembros tienen altos niveles educativos y capacidad para generar ingresos. Mientras que el 42% de la comunidad identificada como LGBT+ tiene estudios universitarios, a nivel nacional solo el 17% lo tiene. Además, por su nivel de ingreso, la gran mayoría se encuentra entre el 10% más productivo del país.

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El impacto de la discriminación en la economía no ha sido medido, pero algunos datos muestran que puede ser amplio. El 44% reporta haber sido discriminado para acceder a un empleo con frecuencia o siempre. Además, el 25% haber sido hostigado, acosado o discriminado en su trabajo. Ello lleva a que, en México, un supuesto país de libertades liderado por la izquierda, el 47% de la comunidad LGBT+ esconda su orientación en el trabajo.

Más aún, la discriminación puede estar también afectando la capacidad de la comunidad LGBT+ para explotar todo su potencial educativo. El 66% de la comunidad reporta haber sufrido discriminación en la escuela, principalmente en la secundaria (42%) que es cuando mayor riesgo existe de dejar la escuela. El impacto de este “bullying” en la deserción escolar puede ser muy amplio pues las burlas, insultos y rechazos son muy comunes. Tanto así, que solo el 11% de la comunidad reconoce nunca haberlos sufrido en la escuela.

Finalmente, cabe destacar que México es el segundo país más peligroso del mundo para la comunidad LGBT+. En los últimos seis años se cometieron al menos 473 asesinatos por crimen de odio hacia la comunidad lésbico, gay, bisexual, transexual, transgénero, travesti e intersexual.

Este sábado, la comunidad LGBT+ salió celebrar la diversidad y a exigir su derecho en la 41 marcha del orgullo gay. La marcha se convirtió en una gran fiesta que congregó, según El Economista, tan sólo en la Ciudad de México a cerca de 170 mil personas. Otras ciudades tuvieron celebraciones similares, aunque menos concurridas. A la marcha no sólo asistió la comunidad LGBT+ sino también sus aliados.

Estando ahí yo misma, algo me quedó claro: el reconocimiento de los derechos de todos los mexicanos es una de las grandes materias pendientes de la izquierda mexicana.

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Nota del editor: Las opiniones de este artículo son responsabilidad única del autor.

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