El impacto de la discriminación en la economía no ha sido medido, pero algunos datos muestran que puede ser amplio. El 44% reporta haber sido discriminado para acceder a un empleo con frecuencia o siempre. Además, el 25% haber sido hostigado, acosado o discriminado en su trabajo. Ello lleva a que, en México, un supuesto país de libertades liderado por la izquierda, el 47% de la comunidad LGBT+ esconda su orientación en el trabajo.
Más aún, la discriminación puede estar también afectando la capacidad de la comunidad LGBT+ para explotar todo su potencial educativo. El 66% de la comunidad reporta haber sufrido discriminación en la escuela, principalmente en la secundaria (42%) que es cuando mayor riesgo existe de dejar la escuela. El impacto de este “bullying” en la deserción escolar puede ser muy amplio pues las burlas, insultos y rechazos son muy comunes. Tanto así, que solo el 11% de la comunidad reconoce nunca haberlos sufrido en la escuela.
Finalmente, cabe destacar que México es el segundo país más peligroso del mundo para la comunidad LGBT+. En los últimos seis años se cometieron al menos 473 asesinatos por crimen de odio hacia la comunidad lésbico, gay, bisexual, transexual, transgénero, travesti e intersexual.
Este sábado, la comunidad LGBT+ salió celebrar la diversidad y a exigir su derecho en la 41 marcha del orgullo gay. La marcha se convirtió en una gran fiesta que congregó, según El Economista, tan sólo en la Ciudad de México a cerca de 170 mil personas. Otras ciudades tuvieron celebraciones similares, aunque menos concurridas. A la marcha no sólo asistió la comunidad LGBT+ sino también sus aliados.
Estando ahí yo misma, algo me quedó claro: el reconocimiento de los derechos de todos los mexicanos es una de las grandes materias pendientes de la izquierda mexicana.
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