A pesar de las irregularidades detectadas desde 1995, Sheinbaum reconoció que es muy difícil cancelar esta deuda, que debe pagarse hasta el año 2050.
“No es tan sencillo, digamos, de un día a otro decir: ‘Ya no se va a pagar’. Primero, cualquier decisión de no pagar una deuda, tiene implicaciones muy importantes para el país”, dijo.
Durante su conferencia matutina en Palacio Nacional, exhibió párrafos de un informe integral realizado en su momento por la Auditoría Superior de la Federación (ASF) —el máximo órgano fiscalizador de la Cámara de Diputados—, que da cuenta de una gran cantidad de irregularidades en la operación del Fobaproa.
Según los párrafos leídos por la mandataria federal, este mecanismo careció de políticas prudenciales y reglas de operación, lo que dio lugar al manejo discrecional del Comité Técnico en el rescate bancario y en la autorización de los apoyos, así como a insuficiente transparencia en las operaciones. Además, dificultó imponer sanciones a funcionarios e instituciones involucrados.
Tampoco contó con un marco referencial para evaluar, supervisar y controlar las operaciones de dicho fondo, creado en 1990, durante el sexenio de Carlos Salinas de Gortari, como una supuesta estrategia para afrontar las crisis económicas. Fue implementado en 1995 por el expresidente Ernesto Zedillo, tras la fuerte devaluación del peso en 1994.
A partir de esta medida, el Gobierno federal paga la deuda de los bancos, con un porcentaje anual.
Fue muy grave, gravísimo, diría yo”,
Claudia Sheinbaum, presidenta de México
La información revelada este viernes por la presidenta forma parte del Informe sobre Fiscalización del Rescate Bancario de 1995 a 2004, que conjunta datos de 70 auditorías. Y, de alguna manera, responde a las críticas que Zedillo ha hecho al gobierno de Sheinbaum.
La semana pasada, el expresidente priista retó a la presidenta a auditar el Fobaproa con un fiscalizador externo y declaró que, en su momento, él entregó al Congreso las auditorías internacionales que se aplicaron al fondo.
Sin embargo, el gobierno de Sheinbaum respondió que Zedillo entregó la documentación encriptada y que, además, se realizaron evaluaciones del proceso, pero no auditorías completas porque el fiscalizador internacional no tuvo acceso a “la información que le permitiera emitir una opinión sustentada, con la evidencia suficiente, competente y relevante". El mismo auditor lo indicó en su informe. Ni siquiera la ASF pudo auditar completamente el Fobaproa por resoluciones de la Suprema Corte, señaló.
Además, la ASF documentó entonces que los 25 informes presentados por los bancos no se realizaron con uniformidad de criterios y la información que incluyeron es “una descripción de hechos que no fueron investigados ni confirmados”.
Sheinbaum dijo que años después se justificó este rescate bancario diciendo que no había otra opción a pesar de que sí presentó otra vía de acción y usando como pruebas las auditorías internacionales, que la ASF demostró que no se realizaron tal cual.
Próximamente, la Secretaría de Hacienda informará cuánto se debe todavía del Fobaproa y cuánto se ha pagado, dijo Sheinbaum.
"Va a venir el secretario de Hacienda para explicar por qué no es trivial el decir que no se llegará a pagar, porque tiene implicaciones muy importantes para la economía mexicana", aseguró.