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De abrazos no balazos a la apuesta por la inteligencia para frenar la violencia

A una semana de asumir la Presidencia, Claudia Sheinbaum presentó su estrategia para pacificar el país, tras el sexenio de Andrés Manuel López Obrador que dejó más de 200,000 homicidios dolosos.
mié 09 octubre 2024 11:59 PM
(Obligatorio)
Uno de los ejes de la estrategia de Seguridad del gobierno de Claudia Sheinbaum es el fortalecimiento de la Guardia Nacional, institución creada en el sexenio pasado.

Tras el sexenio más violento para México, Claudia Sheinbaum presentó su estrategia para pacificar el país. La presidenta de la República propone llevar la política de “abrazos y no balazos” a una de mayor inteligencia policial e investigación.

La nueva estrategia se base en cuatro ejes: atención a las causas; fortalecimiento de la Guardia Nacional; inteligencia e investigación, y coordinación entre la Fiscalía General de la República (FGR) y la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana (SCyPC), una política similar que le dio resultados cuando fue jefa de Gobierno de la Ciudad de México, pero que de acuerdo con expertos, será difícil replicar a nivel nacional y que solucione estructuralmente la crisis de violencia.

“No va a regresar la guerra contra el narco, de (Felipe) Calderón. No buscamos ejecuciones extrajudiciales, que era lo que ocurría. Nosotros, ¿qué vamos a usar? Prevención, atención a las causas, inteligencia y presencia en esta estrategia de cuatro ejes”, advirtió Sheinbaum la mañana de este martes en su conferencia matutina.

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De acuerdo con la Encuesta Nacional de Victimización y Percepción sobre Seguridad Pública (ENVIPE) , el 73.6% de los mexicanos percibe a su ciudad como insegura.

Más allá de la percepción, están los números. El gobierno que recién concluyó fue el más violento de la historia de México: entre diciembre de 2018 y agosto de 2024, ocurrieron en el país 196,505 muertes violentas. Se trata de la cifra más alta en la historia reciente de México, incluso muy por encima de los registrados con Felipe Calderón (121,6133) y Enrique Peña Nieto (157,158).

“La herencia de López Obrador en términos generales es negativa. Si bien es cierto que en los últimos años se observó una reducción de la violencia homicida, el sexenio termina como el más violento en la historia, con alrededor de 200,000 asesinatos”, plantea Armando Vargas, coordinador de Seguridad en la organización México Evalúa.

El clima de violencia ha sido tema en las reuniones diarias de seguridad que encabeza desde el 2 de octubre Claudia Sheinbaum en Palacio Nacional con su gabinete de seguridad: 566 homicidios en siete días, entre ellos el del alcalde de Chilpancingo, Alejandro Arcos Catalán , del secretario de ese ayuntamiento, Francisco Tapia, el asesinato de seis migrantes en Chiapas y en Tejupilco, Estado de México.

Despedida cortejo fúnebre Alejandro Arcos Catalán-2
Cientos acudieron a despedir al alcalde de Chilpancingo, quien fue asesinado el fin de semana.

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Similitudes y diferencias de la estrategia de AMLO y Sheinbaum

Encargada a su secretario de Seguridad, la estrategia de Claudia Sheinbaum propone cuatro ejes y tres objetivos, que van más allá de atender las causas que ocasionan la violencia, como lo hizo su antecesor, Andrés Manuel López Obrador, pero que comparte algunas aristas.

La estrategia de la presidenta de México plantea: atención a las causas, consolidación de la Guardia Nacional, fortalecimiento de la inteligencia y la investigación y coordinación entre el gobierno federal y las 32 entidades del país.

Los objetivos prioritarios serán la disminución de la incidencia delictiva, neutralizar generadores de violencia y redes criminales y fortalecer las capacidades de prevención y proximidad social de las policías locales.

Como parte de la estrategia, se busca consolidar el Sistema Nacional de Inteligencia, crear la Subsecretaría de Inteligencia e Investigación Policial, fortalecer el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública, diagnósticos regionales para priorizar a las seis entidades más violentas (Guanajuato, Baja California, Chihuahua, Guerrero, Jalisco y Sinaloa).

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El secretario de Seguridad, Omar García Harfuch, explicó que el el 80% de los delitos que se cometen en el país son del fuero común.

Hace seis años, el entonces presidente electo presentó el Plan Nacional de Paz y Seguridad 2018-2024, la cual se componía por ocho ejes, entre ellos: erradicar la corrupción y reactivar la Procuración de Justicia, garantizar empleo, educación y salud, respeto y promoción de los derechos humanos, reformular el combate a las drogas y emprender la construcción de la paz.

Para Armando Vargas, entre ambas estrategias hay similitudes y continuidad, sobre todo en lo que se refiere en la atención de las causas.

“Veo continuidad de la estrategia de López Obrador, también con respecto a ciertos aspectos de la política de Felipe Calderón e incluso la política de Enrique Peña Nieto, sobre todo lo que tiene que ver con la atención a las causas y la coordinación intergubernamental. Esos componentes siempre han estado presentes en la política o al menos en el discurso de los últimos cuatro presidentes. Entonces me parece que ahí vamos a ver o ahí hay continuidad”, destaca.

Sheinbaum también propone recurrir a la Guardia Nacional para atender la violencia en el país. Se trata de un cuerpo de seguridad que opera en 2019, cuenta con casi 120,000 elementos y hoy depende de la Secretaría de la Defensa Nacional. A pesar de tener tres veces más integrantes que la extinta Policía Federal, hace menos detenciones que esa corporación : en promedio siete cada día.

Organizaciones como México Unido contra la Delincuencia (MUCD) alertaron riesgos si a cargo de la seguridad están militares.

“Desde la perspectiva de la Titular del Ejecutivo Federal, esta estrategia buscará la creación de una “paz duradera” en el país, pero esto no se logrará si, en su columna vertebral, continúa priorizando -y negando- la militarización. Esta estrategia sigue la misma línea de la administración del ex Presidente Andrés Manuel López Obrador, con el uso intensivo de las Fuerzas Armadas (FFAA) en tareas de seguridad, pese a los graves riesgos que esto representa”, alertó la organización en un comunicado.

Hay profundización con la militarización de la seguridad pública, entendida como eso en donde los militares asumen las acciones que antes le correspondían a los civiles”,
coordinador del programa de seguridad de México Evalúa.

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Erubiel Tirado, académico del Departamento de Historia y Coordinador del Diplomado 'Seguridad Nacional en México. Los desafíos del siglo XXI', de la Universidad Iberoamericana, considera que la estrategia del gobierno que está arrancando, no es una solución de fondo al problema de violencia que ha dejado más de 200,000 homicidios y feminicidios en un sexenio.

“La agenda primigenia de seguridad del nuevo gobierno, planteada en cuatro ejes y un plan de 100 días, no apuntan a soluciones estructurales necesariamente, pero sí a tensiones políticas con los militares en caso de siquiera intentar “coordinar” acciones o medidas serias de solución de origen civil”, plantea en su artículo “ Muerte y violencia sexenal. Reto sin futuro”.

Otra de las similitudes entre López Obrador y Sheinbaum es la atención personal y reuniones de gabinete que se realizan de lunes a viernes en Palacio Nacional, las cuales no necesariamente dan resultados.

“Esas reuniones servían para decir, ‘detuvieron a ‘El Mayo’, mandemos un nuevo regimiento de 200 militares a la zona de Culiacán’. ‘Hay desplazados en Chiapas, mandemos otro regimiento... Las reuniones del Gabinete de Seguridad fungieron fundamentalmente para ordenar el despliegue de militares, pero no así para dar cumplimiento al marco legal que ya se tenía, que preveía que en seis años se crearía la institucionalidad que se necesitaba para que los estados y los municipios tuvieran capacidad y para que la federación fuera un auxiliar efectivo”, comenta Lisa Sánchez, directora de México Unido Contra la Delincuencia.

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En agosto pasado, el presidente Andrés Manuel López Obrador permitió conocer cómo se realiza su reunión diaria de seguridad.

Una de las diferencias en las estrategias, es que Claudia Sheinbaum busca coordinación entre la federación y 32 entidades del país, para lo que plantea enviar a integrantes de su gabinete a los estados que así lo requieran, por ejemplo, este martes 8 hubo un encuentro entre Omar García Harfuch y el gobernador de Sinaloa, Rubén Rocha.

También que hay un reconocimiento de que la seguridad es un problema común, en el que debe haber trabajo entre estados y federación, sin importar qué partido gobierna.

"Desde el gabinete de seguridad del Gobierno de México vamos a trabajar, también, con todas las entidades federativas, porque estamos convencidos de que, para lograr una paz duradera en el país, debemos asumir que la seguridad es una responsabilidad compartida", dijo Harfuch en Palacio Nacional.

Difícil replicar lo hecho en CDMX

Desde que aspiraba a la candidatura de Morena a la Presidencia de la República, Claudia Sheinbaum propuso replicar la estrategia que como jefa de Gobierno de la Ciudad de México le dio resultados al reducir en 51% homicidios dolosos y del 58% en delitos de alto impacto.

“Ya lo hicimos, claro que se puede hacer”, decía la entonces aspirante a ser candidata presidencial.

Rumbo hacia esa estrategia, Sheinbaum ya dio sus primeros pasos. Días antes de asumir la Presidencia, se reunió con el fiscal general de la República, Alejandro Gertz Manero, para pedir que haya colaboración entre la FGR y la Secretaría de Seguridad de Seguridad Pública y Protección Ciudadana (SSPyPC) a cargo de Omar García Harfuch. Desde su primera reunión de seguridad, ya se cuenta con un representante de la fiscalía.

Para el experto en seguridad, Juan Carlos Piña, catedrático del Instituto Tecnológico de Estudios Superiores Monterrey (ITESM), replicar el modelo de la Ciudad de México no es sencillo para un país con una criminalidad diversa.

“No es fácil replicar una estrategia en un país donde grandes organizaciones tienen otra fuerza, recursos, capacidades, despliegue y demás, valdría la pena analizar algunas buenas prácticas de otros países. Para atender un fenómeno de inseguridad, es indispensable fortalecer los lazos de cooperación internacional siempre y cuando se respete la soberanía de nuestro país”, considera el experto en seguridad, quien recuerda México enfrenta un problema de crimen organizado, y no de inseguridad común.

Los especialistas consideran que una estrategia creada para la Ciudad de México no es sencilla de replicar en entidades como Chiapas, Zacatecas, Guerrero, Tabasco, Veracruz, Guanajuato, donde la naturaleza criminal es distinta.

Lo que sí puede funcionar, consideran es que haya coordinación entre fiscalías y elementos de seguridad, aunque ahora no serán policías civiles, sino de la Guardia Nacional, la cual pertenece a la Secretaría de la Defensa Nacional.

“En términos generales estos cuatro pilares indican más continuidad, más de lo mismo que nos ha dado en las últimas dos décadas, no vería una gran diferenciación en cuanto a los resultados que cabría esperar. Lo que sí, es que habría que ver cómo se traducirá la inteligencia y la coordinación de la Secretaria de Seguridad Ciudadana con la Secretaría de la Defensa Nacional”, agrega Armando Vargas.

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