La Secretaría de Salud en México tiene clasificadas con nivel de adicción elevado y muy elevado a sustancias sintéticas como metanfetamina y fentanilo, mientras que a drogas tradicionales como heroína, morfina y cocaína con niveles leve e intermedio.
Saucedo explica que en México ha habido tres generaciones de laboratorios dedicados a drogas. La dedicada al procesamiento de amapola y heroína, estos laboratorios estaban ubicados en las zonas donde se cultivaba esta droga; la segunda generación de narcolaboratorios fue para la elaboración de metanfetaminas.
“Se dio un boom en el montaje de narco laboratorios para la fabricación de metanfetaminas, contrataron ingenieros químicos, instalaron laboratorios, compraron instrumental, compraron predios para producir las metanfetaminas para poder dispersar los vapores que se generan en la producción de estas drogas, esa fue la segunda generación de laboratorios y ahorita estamos en una generación de narcolaboratorios para la producción de fentanilo”, explica.
Sinaloa encabeza decomiso de laboratorios
El 58% de los decomisos de laboratorios se dio en Sinaloa, tierra natal del narcotraficante Joaquín “El Chapo” Guzmán y su agrupación el Cártel de Sinaloa. En este estado se han decomisado laboratorios dedicados a la producción de metanfetamina y heroína.
El repunte de laboratorios se ha dado en la administración de Andrés Manuel López Obrador, cuyo gobierno suscribió el Entendimiento Bicentenario, en el cual se han acordado acciones para abordar la epidemia de opioides sintéticos y que incluyen medidas como desmantelar redes criminales, interrumpir el suministro de precursores químicos utilizados para fabricar fentanilo ilícito, prevenir el tráfico de drogas y enjuiciar a narcotraficantes.
Lisa Sánchez, directora de la organización México Unido contra la Delincuencia, afirma que entre México y Estados Unidos deben trabajar de manera bilateral e individual el tema de tráfico de drogas y armas, pero sin que ninguno sea moneda de cambio.
“Los gobiernos no deben tratarlos como como temas intercambiables es decir, no deben condicionar. La acción en una de las agendas al cumplimiento de que su contraparte haga algo en la otra de las agendas”, explica.
La especialista afirma que el tráfico de sustancias ilegales debe ser tratado no solo como un tema de seguridad pública, también como uno de salud.
“Es un error pretender que con un aumento de las acciones de seguridad vamos a paliar una crisis de sobredosis y de muerte por sobredosis en Estados Unidos”, sostiene.
La Secretaría de Salud en México tiene clasificadas con nivel de adicción elevado y muy elevado a sustancias sintéticas como metanfetamina y fentanilo, mientras que a drogas tradicionales como heroína, morfina y cocaína con niveles leve e intermedio.
Saucedo explica que en México ha habido tres generaciones de laboratorios dedicados a drogas. La dedicada al procesamiento de amapola y heroína, estos laboratorios estaban ubicados en las zonas donde se cultivaba esta droga; la segunda generación de narcolaboratorios fue para la elaboración de metanfetaminas.
“Se dio un boom en el montaje de narco laboratorios para la fabricación de metanfetaminas, contrataron ingenieros químicos, instalaron laboratorios, compraron instrumental, compraron predios para producir las metanfetaminas para poder dispersar los vapores que se generan en la producción de estas drogas, esa fue la segunda generación de laboratorios y ahorita estamos en una generación de narcolaboratorios para la producción de fentanilo”, explica.
Este jueves en Washington, Estados Unidos, una comisión de funcionarios mexicanos encabezados por la secretaria de Seguridad Pública, Rosa Icela Rodríguez, y el canciller Marcelo Ebrard se reúne con autoridades estadounidenses para abordar el tráfico de fentanilo y armas.