El fentanilo ha prendido las alarmas en Estados Unidos y México. Se trata de una droga 100 veces más tóxica que la morfina y 50 veces más que la heroína.
La semana pasada, durante el Dialogo de Alto Nivel en Seguridad, Anthony Blinken, secretario de Estado de Estados, informó que durante el 2021 en esa nación murieron más de 100,000 estadounidenses por sobredosis.
“Necesitamos mejorar nuestros esfuerzos para interrumpir la producción ilícita de fentanilo y el tráfico de opioides sintéticos. Aproximadamente, 108,000 personas murieron el año pasado en Estados Unidos por sobredosis”, planteó.
En ese país, también se ha alertado sobre el “fentanilo de arcoíris”, que representa una amenaza principalmente para los jóvenes porque es adictivo y mortal.
Durante el año fiscal 2021, los agentes del Servicio de Protección Fronteriza y Aduanas de Estados Unidos (Customs and Border Protection, CBP) incautaron más de 5,800 kilos de fentanilo ilícito, cifra 400% mayor al 2019.
De acuerdo con un reporte de Insigh Crime, los principales responsables del tráfico de fentanilo son las organizaciones mexicanas, que utilizan precursores procedentes de China para elaborar la droga sintética en laboratorios clandestinos en estados como Sinaloa y Michoacán.