Para Ramos, también hay falta de compromiso desde el gobierno de Estados unidos para frenar el tráfico de armas y muestra de ello, es que no hay detectores en la frontera.
“Un indicador que refleja la falta de voluntad de Estados Unidos para disminuir de manera importante el tráfico de armas es que, cuando menos en los principales ciudades fronterizas de Estados Unidos no hay detectores de metales”, agrega.
Para dar un paso más, en México, la Fiscalía General de la República busca impulsar una iniciativa de ley para que el tráfico de armas sea un delito grave, pues hoy no lo es.
Al respecto Garduño, sostiene que México se encuentra en una situación compleja en materia legal y armas, pues sostiene que si bien éstas están vinculadas al nivel de violencia actual, los mexicanos tienen derecho a poseer armas en su domicilio, para su seguridad y legítima defensa, con excepción de las prohibidas por la Ley Federal y de las reservadas para el uso exclusivo de la Fuerza Armada, según lo establece el artículo 10 de la Constitución Política.
“El aparato jurídico es inexistente, por lo tanto no tenemos elementos contra el daño de las armas. Además, hay que considerar que tenemos el derecho a portar armas, entonces es un panorama contradictorio y hay que apuntar que mientras haya oferta, habrá demanda”, señala.